La esclerosis múltiple II

Un nuevo enfoque de la enfermedad que abre una vía de esperanza a las personas que la padecen: la alimentación.

Continuación del post: “La esclerosis múltiple I”

La Macrobiótica

Definimos la salud como un sistema de equilibrio con el ambiente que nos rodea. Eso incluye factores externos como el clima, el lugar de residencia, el trabajo, las relaciones interpersonales… y factores internos como la comida que al final se convierte en lo que nosotros somos. La enfermedad se produce siempre que se rompe ese equilibrio.

Los factores externos sin duda que repercuten o influyen en nuestra salud, sólo que muchas veces no depende de nosotros el modificarlos, o no es fácil hacerlo. Sin embargo, lo que concierne a nuestra forma de comer sí que depende absolutamente de nuestra decisión, es el factor más fácil de modificar y tiene una influencia decisiva en la recuperación de la salud.

La macrobiótica define los alimentos por sus características energéticas además de por su composición química. Nos permite categorizar como yin a los alimentos que favorecen las enfermedades de deficiencia y como yang a los alimentos que provocan las enfermedades de exceso.

Si definíamos la desmielinización como un déficit en la síntesis de mielina, es decir una enfermedad de deficiencia, entenderemos rápidamente que un sobreconsumo de alimentos yin está en el origen de la enfermedad, sin ninguna duda.

Son alimentos yin el azúcar, los dulces, los bollos, las galletas, los alimentos refinados, el té, el chocolate, el café, el alcohol, las drogas (incluida la marihuana)…
Un sobreconsumo de alimentos yin favorece la aparición de las enfermedades de deficiencia tanto de la sangre, del sistema inmune, del metabolismo… precisamente la salud es un equilibrio donde no debe haber ni deficiencia ni exceso. Esta visión nos permite entender porqué los pacientes con esclerosis múltiple presentan otros síntomas además de los propiamente neurológicos; la raíz de todas las alteraciones que presentan es común.

Tanto los alimentos dulces como los grasos son de naturaleza yin. La leche y los derivados lácteos son los alimentos más consumidos en el hogar en la actualidad. Además de que son dulces (lactosa), se toman azucarados muchas veces y su contenido en grasas saturadas es el más alto entre los alimentos. Los refrescos, las golosinas y los helados ocupan un lugar también muy importante como factores desencadenantes de la enfermedad.

Los pacientes con esclerosis múltiple presentan alteraciones en el metabolismo de las grasas y además, en su dieta hay un exceso de grasas saturadas y un déficit de grasas insaturadas.

Los cambios en los hábitos alimenticios que han acontecido en los últimos años, hacen que la aparición de la enfermedad sea más frecuente entre los jóvenes de la llamada generación del yogurt y de la cocacola.

La dieta

Aunque cada paciente requiere una dieta individualizada y controlada periódicamente, un primer paso es comenzar a comer equilibradamente. La alimentación basada en la macrobiótica permite en muchos casos la estabilización de la enfermedad, donde ya no haya brotes y en algunos casos una remielinización en las pruebas radiológicas.

Nuestra experiencia clínica nos permite afirmar que la comida es una herramienta de primer orden en la recuperación de la salud.

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