Las dietas más naturales I

paleo

Todas las personas que tienen inquietudes por la salud han oído hablar de la dieta vegetariana, de la dieta mediterránea, de la dieta japonesa, etc. La dieta debe ser algo individualizado que no se puede, ni se debe generalizar. Por eso no existe una sola opción, sino varias con sus ventajas y sus inconvenientes, sus seguidores y sus detractores… Hoy analizamos algunas de las consideradas sanas.
Vamos a hacer una breve descripción de las más representativas de las dietas consideradas saludables para que cada cual elija la que considere más adecuada a su situación personal, su forma de entender el mundo, su estado de salud…

La dieta paleolítica

También conocida como la dieta del hombre de las cavernas, está basada en el consumo de los alimentos que tomaban nuestros antepasados antes de que se inventase la agricultura, es decir en el paleolítico. La dieta se compone de carne, pescado, frutas, verduras, frutos secos y raíces y excluye los cereales, las legumbres, los productos lácteos y la sal. Estamos hablando de la época en la que los seres humanos eran cazadores-recolectores.

La premisa de esta dieta es que estamos genéticamente adaptados a lo que comían nuestros antepasado en el paleolítico, es decir hace 2,5 millones de años, después de este periodo, en el mesolítico hace 10000 años, se inventa la agricultura y el ser humano al domesticar las plantas deja de cazar para comer.

Los defensores de esta forma de comer sostienen que el ser humano es carnívoro, cosa totalmente incierta ya que los carnívoros no tienen amilasas salivares necesarias para digerir los carbohidratos y los humanos sí que las tenemos. Sólo hay que estudiar un poco de anatomía comparada y observar que no somos carnívoros en absoluto. Por otra parte, nadie sabe realmente lo que comían nuestros antepasados.

Las ventajas que tendría este tipo de alimentación están en no tomar alimentos procesados, azúcar, bollería industrial… y poco más. Es una dieta altamente proteica y rica en grasas aunque no estén desnaturalizadas, que contraviene las recomendaciones de la OMS en cuanto a necesidades nutricionales del ser humano. Su interés es más bien teórico y de los pretendidos beneficios que nos aporta el más redundante es la bajada de peso.

La dieta crudívora

Los crudívoros se esmeran por seguir una dieta lo más natural posible, excluyendo la cocción porque afirman que la utilización del fuego destruye nutrientes esenciales y altera la calidad de los alimentos. Muchos de sus seguidores afirman que es una dieta únicamente recomendada para personas que tengan fuerza digestiva. Pensemos en que no podemos comer cereales crudos, ni legumbres crudas… La mayoría de los crudívoros son veganos, es decir se alimentan exclusivamente de vegetales: frutas, verduras y frutos secos, frutas desecadas…

Igual que los practicantes de la dieta paleolítica, los crudívoros evitan los alimentos refinados y procesados, las grasas trans, el azúcar y los compuestos tóxicos que se producen al cocinar a altas temperaturas.

Según Claude Lévi-Strauss uno de los antropólogos más eminentes del siglo XX, disponemos de los alimentos básicamente en tres estados, crudo, cocido o fermentado. En relación a las operaciones culinarias, lo crudo constituye el alimento sin manipular, mientras que los otros dos estados están fuertemente marcados, si bien en direcciones opuestas; siendo lo cocido una transformación cultural de lo crudo, y lo fermentado su transformación natural. Es decir nuestros antepasados a través del uso del fuego han creado la cultura. No hablamos aquí de prácticas culinarias aberrantes sino del poder de transformación y de predigestión que tiene el fuego sobre los alimentos.

Los crudívoros en muchos casos presentan carencias de vitamina B12 y prefieren tomar suplementos antes que ayudar a su aparato digestivo a tener mayor capacidad de asimilación mediante la utilización del fuego.

Continúa en el post: “Las dietas más naturales II”

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