Cómo planificar un menú equilibrado VII: el sabor picante

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Hoy hablamos del quinto sabor universal: el picante. Descubre cuando es necesario tomar picante y de qué alimentos lo podemos obtener para mantener nuestra salud, ya que unos picantes enfrían y otros calientan.

Continuación del post: “Cómo planificar un menú equilibrado VI: el sabor dulce”

Es un sabor asociado a muchas especias exóticas y a las guindillas y los pimientos de padrón.

Lo picante es aquello que nos produce una sensación de quemazón intensa en la lengua y el paladar  y también algo relacionado con el sexo, lo obsceno como los chistes verdes. Por ello podemos entender que el sabor picante activa la circulación tonifica al pulmón básicamente.

El sabor picante

Lo picante se comporta de diferente modo según la planta de que la que procede, veamos algunos ejemplos:

Son picantes algunas verduras de raíz como los nabos, los rábanos, el loto, el jengibre y la cúrcuma. Este grupo de alimentos tienen un efecto calentador, tonificante del pulmón y del intestino grueso y están por tanto indicados siempre que tengamos debilidad digestiva o tendencia a los resfriados.

Hay otro grupo de verduras que también tienen sabor picante, que están representadas por verduras de fruto: hablamos al de las guindillas, los pimientos, los chiles, la cayena y el tabasco, que pertenecen a la familia de las solanáceas. Este grupo de verduras tienen un efecto refrescante y tónico circulatorio y se suelen tomar acompañando a carnes de todo tipo y a platos contundentes como las alubias con tocino y morcilla cuando se sirven con guindillas.

En el mundo de las especias están las pimientas de las que se utiliza el fruto de las plantas de las que proceden y que no están emparentadas botánicamente con las anteriores. Todas crecen en climas tropicales húmedos. Debemos conocer el efecto de dispersar la energía que tienen estos condimentos y el efecto enfriador. No en vano se desarrollan en climas tropicales. Debemos ser muy moderados si las utilizamos en abundancia en climas templados fríos como el nuestro ya que nos pueden debilitar sobre todo si nuestra dieta es básicamente vegetariana.

El picante en nuestro menú

Cuando nuestra dieta gira en torno a los cereales integrales y es básicamente vegetariana, en la preparación de nuestros platos puede haber un poco de zumo de jengibre, unos rabanitos rallados macerados con vinagre de umeboshi o un poco de nabo daikon rallado.

Los cinco sabores en el plato

Llegados a este punto debemos recapitular y ver la importancia de cada uno de los cinco sabores a la hora de armonizar el buen funcionamiento de nuestros órganos: lo salado, lo ácido, lo amargo, lo dulce y lo picante.

Si tenemos que fortalecer al riñón, la vejiga y el aparato reproductor tendremos en cuanta el sabor salado representado por la sal, los condimentos como el miso y el tamari y las algas marinas.

Si es nuestro hígado el que nos pide que le prestemos atención le ofreceremos algo fermentado lácticamente como los picles o un poco de vinagre.

Si es nuestro corazón el que requiere ser activado podemos confortarlo comiendo alguna verdura amarga o tomando algún café de cereales, algo de tekka, etc.

Lo dulce neutro no puede faltar como armonizador del funcionamiento del estómago, el bazo y el páncreas: los cereales integrales en todas sus formas.

Y por último para tonificar al pulmón los picantes de elección serían el jengibre, los rabanitos, etc.

Igual que hemos hecho un recorrido por los cinco sabores, en nuestro plato también deberían estar presentes los cinco colores (negro, verde, rojo, amarillo y blanco), las cinco formas básicas de cocción y las cinco texturas principales.

Continuará en el post: Las formas de cocción

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