La Esclerosis Múltiple I

Es una enfermedad del sistema nervioso central donde se produce desmielinización.  Pero, ¿cuál es la causa de la deficiencia de mielina? Descubre la importancia de la alimentación.

La esclerosis múltiple I

Es la enfermedad neurológica más frecuente en los adultos jóvenes de los países occidentales en la actualidad y afecta sobre todo a las mujeres.

La enfermedad produce unos focos de desmielinización que aparecen esparcidos por el cerebro y la médula espinal. Como consecuencia de las lesiones neurológicas causadas por la pérdida de mielina, las neuronas pierden la capacidad de transmisión, pudiendo producir hormigueo, fatiga, visión doble, parálisis, adormecimiento…
La manifestación de la enfermedad se hace en forma de brotes que provocan movilidad reducida e incluso invalidez. Hay muchos subtipos con variantes, pero raramente es mortal.

Etiología de la enfermedad

La medicina oficial dice que el origen de la enfermedad es desconocido y se ha lanzado una hipótesis de que pueden influir factores genéticos y medioambientales. Esto es lo mismo que no decir nada, ya que en cualquier desorden van a estar presentes la predisposición hereditaria y el ambiente, o lo que es lo mismo la combinación del genotipo y el fenotipo.

También se habla de un componente autoinmune donde los linfocitos y los macrófagos atraviesan sin dificultad la barrera hematoencefálica y atacan a la mielina. Estamos otra vez ante la descripción descriptiva y resignada de las enfermedades en los tratados médicos.

La Medicina Biológica

El abordaje que hacemos desde la visión global, holística de la persona, nos permite comprobar que esta enfermedad al igual que el resto de las enfermedades degenerativas del sistema nervioso central, debería estar incluida entre las enfermedades metabólicas.

La visión de la Medicina Biológica nos permite observar en los pacientes con enfermedades neurológicas, que además de los síntomas del sistema nervioso, tienen otros como alteraciones circulatorias, pulmonares, de piel, gastrointestinales y metabólicas.

Igualmente permite relacionar las alteraciones de las mitocondrias con el déficit de energía, la debilidad muscular, la atrofia muscular, las miocardiopatías, la intolerancia a la glucosa y otras.

La mielina es una sustancia que se produce en nuestro organismo, lo mismo que la insulina, la hemoglobina, las lipoproteínas… y cuando hay alteraciones metabólicas  pueden manifestarse síntomas como estreñimiento, fuerte apetencia de azúcar, colon irritable, alteraciones de la función hepática… En el caso que nos ocupa nos encontramos ante una deficiencia en la síntesis de mielina.

La especialización de la medicina actual hace que los neurólogos no se ocupen de si el paciente que padece esclerosis múltiple sufre hipoglucemias o de si tiene colon irritable o alteraciones de la función hepática y se actúa sobre las consecuencias de la enfermedad (espasticidad, brotes…), es decir sobre los síntomas, pero no sobre la causa.

No hay enfermedad sin causa, sólo si conocemos el origen podemos ponerle remedio. Por eso desde la vocación de la curación debemos ir más allá de la visión oficial.

Continúa en el post: “La esclerosis múltiple II”

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