Dietética clásica y Macrobiótica II: Los hidratos de carbono

Continuación del post: “Dietética clásica y Macrobiótica I”

Cuando se habla de hidratos de carbono, no todos son iguales. Unos deterioran la salud y otros permiten su recuperación. Descubre la diferencia.

Los hidratos de carbono

Se llaman también azúcares o carbohidratos. Existan muchos tipos de azúcares, unos llamados simples o de absorción rápida como la lactosa de la leche, la fructosa de la fruta, la sacarosa de la remolacha… y otros llamados complejos o de absorción lenta como los almidones y la fibra de los cereales, las legumbres y las verduras.

La glucosa es la moneda energética de la célula. Cuando la glucosa se combina con el oxígeno en nuestras células nos permite la obtención de la energía necesaria para todas nuestras necesidades vitales.

Los azúcares simples

Los azúcares simples nos proporcionan energía instantánea ya que no requieren digestión, son los que están presentes sobre todo en la leche y la fruta, también está presentes en el azúcar que añadimos a los alimentos. El arroz blanco y las harinas refinadas al estar desprovistos de fibra, también tienen una velocidad de digestión superior a los alimentos integrales. Por eso el pan blanco, el arroz blanco y la pasta blanca pueden ser considerados azúcares prácticamente simples.

Al ser su absorción tan rápida, se convierten en grasa también enseguida y un consumo predominarte de este tipo de hidratos de carbono es el responsable de mucho tipos de obesidad, diabetes, problemas cardiovasculares y alteraciones del comportamiento como el estrés, ansiedad, depresión… Esta es la causa de la prevalencia tan alta de estos desórdenes en las sociedades ricas. Debemos saber también que la fruta y la leche que son dos alimentos perecederos, en la actualidad son los más consumidos en el hogar.

Para el lector no muy versado en temas de nutrición podemos comparar el comportamiento de los azúcares rápidos con los fuegos artificiales. Cuando se dispara el cohete, de golpe hay un fogonazo de luz (energía) que de forma inmediata se apaga. Cuando tomamos dulce, hay una sensación de euforia (energía) que a continuación nos produce el apagón energético que es la hipoglucemia.

Los carbohidratos complejos

Contrariamente los hidratos de carbono complejos, también llamados azúcares lentos, necesitan ser digeridos para su correcta absorción, esto supone que la glucosa llega a las células de forma progresiva, no toda de golpe como sucede cuando tomamos un zumo. Un ejemplo ilustrativo de lo que decimos, es ver como en los pacientes hospitalizados, cuando se les pone un suero glucosado, el azúcar pasa al torrente sanguíneo “gota a gota”.
Si estudiamos las recomendaciones nutricionales de la OMS, vemos que el aporte de azúcares simples como máximo debe ser de un 10%, esto significa que la leche y la fruta no deben a ser alimentos prioritarios y luego debemos distinguir lo refinado de los integral.

Metas nutricionales de nutrientes

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Universalmente el aporte de hidratos de carbono complejos se obtiene de los cereales integrales, las legumbres y las verduras. En la macrobiótica estos tres grupos de alimentos representan la base de la dieta.

En la dietética clásica no se cumplen las recomendaciones de la OMS porque se enfatiza el consumo de frutas y productos lácteos y cuando se habla de los cereales no se diferencia entre blancos e integrales. De los 4 grupos de alimentos clásicos dos están representados por la leche, los derivados lácteos y las frutas y uno por los cereales refinados.

Continúa en el post: «Dietética clásica y Macrobiótica III»

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