La ansiedad II

Attractive woman in pain

La ansiedad patológica puede ser un gran problema en el día a día, no sólo en situaciones de estrés. En el artículo de hoy he querido profundizar en las causas de la misma, además de explicar cómo una correcta alimentación puede ser una poderosa herramienta para luchar contra ella, mucho más eficaz que los tratamientos farmacológicos que únicamente “maquillan” los síntomas.

Continuación del post: “La ansiedad I”

Al considerar el origen de la ansiedad como algo multifactorial, la única opción es el tratamiento sintomático, es decir el que actúa sobre las manifestaciones de la enfermedad, no sobre la causa.

La medicina convencional utiliza los fármacos y la psicoterapia. Ambos son “para toda la vida”, es decir, dependiendo del grado de afectación del individuo, pueden amortiguar o minimizar a expresión del desorden, pero la respuesta exagerada persiste a lo largo del tiempo.

Tratamiento

Como decimos, los medicamentos son el tratamiento de elección cuando hay ansiedad generalizada. Las benzodiacepinas aunque producen efectos inmediatos no suelen ser la primera elección por los efectos secundarios que acarrean, como el deterioro de las funciones cognitivas y la dependencia.

La terapia cognitiva conductual ayuda en los trastornos de ansiedad, trabaja la alta sensibilidad de los pacientes y pretende modificar los pensamientos negativos o irracionales.

El pronóstico de los pacientes depende mucho del grado de afectación ya que no se contempla la cuestión bioquímica-fisiológica como es el tema de la deficiencia en la producción de neurotransmisores o la sobreestimulación del sistema nervioso simpático.

La visión holística de la medicina biológica

De todos los factores causales enumerados antes damos prioridad a la alimentación porque lo que comemos depende de nosotros y los otros factores externos como los ambientales y/o de entorno, muchas veces nos vienen impuestos.

Si vemos el sentido en el que se utiliza hoy la cita de Juvenal “mens sana in córpore sano” entenderemos enseguida que es esencial regular la simpaticotonía y la baja producción de GABA, de modo que si nuestro cuerpo está sano, nuestra mente estará serena.

Una alimentación desequilibrada, donde los alimentos yin son predominantes incluye una gran cantidad de azúcares rápidos, cafeína y alcohol entre otros. Este grupo de alimentos son los que favorecen tanto la estimulación del sistema nervioso simpático, lo que hará que produzcamos demasiada adrenalina, como la alteración de la función del páncreas.

Recordemos que los síntomas de la ansiedad no son sólo psicológicos son también físicos y  en muchos casos son digestivos: el nudo en el estómago, los nervios en estómago, los gases, la diarrea…

Recomendaciones nutricionales para la ansiedad

  • Evitaremos los alimentos con índice glucémico alto, o lo que es lo mismo los alimentos que contienen azúcares rápidos. Aquí incluimos además del azúcar, la repostería y los refrescos… la leche y los derivados, igual que las frutas, zumos y licuados.
  • Comeremos alimentos biológicos y usaremos para beber y cocinar agua filtrada o embotellada.
  • Los cereales integrales serán la base de la alimentación, dando preferencia al arroz y al mijo.
  • Entre las verduras, las más indicadas son las crucíferas (col, coliflor, brócoli…) las cebollas y la calabaza Hokkaido.
  • Las legumbres de consumo más frecuente serán los garbanzos y las azukis.
  • Puede estar indicado el consumo de pescado blanco y/o azul dos o tres veces a la semana.
  • Las algas marinas serán una guarnición imprescindible.

Antes de recurrir a los fármacos vale la pena cambiar los hábitos alimenticios. Está opción no tiene efctos adversos, ni crea dependiencia como algunos fármacos y permite una mejoría general, no sólo del estado de ánimo.

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