La tuberculosis

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Hoy es el Día Mundial de la Tuberculosis. Este evento, que se celebra cada año el 24 de marzo, marca el día en que el Dr. Robert Koch detectó en 1882 la bacteria responsable de la tuberculosis, la Mycobacterium tuberculosis. Este hecho supuso el primer paso hacia el diagnóstico y la cura de la enfermedad.
La OMS y la Alianza Mundial “Alto a la Tuberculosis”, red de organizaciones y países que luchan contra la enfermedad, organizan el Día Mundial para dar a conocer el alcance de la enfermedad y las formas de prevenirla y curarla.

La tuberculosis

Es una infección bacteriana contagiosa que compromete principalmente a los pulmones, pero puede propagarse a otros órganos, es una de las enfermedades más antiguas que afectan a los seres humanos. Los síntomas clásicos de la tuberculosis son una tos crónica, con esputo sanguinolento, fiebre, sudores nocturnos y pérdida de peso. Se contagia por vía aérea, cuando las personas infectadas tosen, estornudan o escupen.

Actualmente la tercera parte de la población mundial está infectada de tuberculosis. En 2013 hubo 8,9 millones de nuevos casos de tuberculosis y que 1,6 millones de personas fallecieron por esta causa. Más del 95% de las muertes por tuberculosis tienen lugar en los países pobres y afecta principalmente a las mujeres y a los niños.

Aunque se han conseguido muchos progresos a nivel mundial, no se están alcanzando las metas de reducir el número de muertes a la mitad para 2015 porque hay unas formas de tuberculosis resistentes a los antibióticos. La tuberculosis multirresistente (TB-MR) es una variedad de la enfermedad que no responde a los medicamentos de primera línea estándar.

La medicina oficial

Desde que se aisló el bacilo de koch y se inventaron los antibióticos, la medicina ha tratado esta infección bacteriana haciendo un diagnóstico diferencial y prescribiendo los medicamentos correspondientes. Sólo en algunos tratados médicos se dice que como la enfermedad es de predominio catabólico, hay que aumentar la cantidad de proteínas en la dieta, sobre todo de origen animal. De hecho, el siglo pasado en los sanatorios que alojaban a los pacientes tuberculosos, se les suministraba el doble de ración de carne que al resto de los enfermos.

La medicina biológica

La enfermedad es resultado de un estado de inmunodeficiencia del paciente. Los alimentos que definimos energéticamente como yin favorecen la inmunosupresión, por lo que deberán ser evitados mientras dure la enfermedad.

El abordaje causal de la enfermedad siempre pasa por restablecer las condiciones de equilibrio del medio interno, para ello debemos:

    • Neutralizar los altos niveles de oxidación, aportando alimentos antioxidantes yang.
    • Desacidificar el terreno o lo que es lo mismo, alcalinizar el medio interno, para lo que daremos alimentos alcalinizantes yang.
    • Remineralizar el organismo para equilibrar la altísima resistividad de la sangre que aparece en la enfermedad.
  • Balancear el equilibrio sodio/potasio o lo que es lo mismo entre los alimentos yin y los yang.

Es una enfermedad energéticamente yin por lo que es esencial el sodio y que tanto los antioxidantes (tamari), como los alcalinizantes (umeboshi), sean yang. Nuestra experiencia clínica nos permite afirmar que si damos alcalinizantes y antioxidantes yin como frutas y verduras el bacilo de Koch sigue proliferando. De hecho Georges Ohsawa (el fundador de la macrobiótica), se curó de una tuberculosis aplicando la comprensión del yin y el yang que subyace en esta filosofía.

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