Los tres tipos de desayuno

 

El desayuno es considerado de muy diferente manera según de qué país estemos hablando. Vamos a ver que el desayuno en cada lugar tiene que ver con dos cuestiones fundamentales, lo contundente que haya sido la cena y con la hora a la que se acostumbra a cenar.
En el norte de Europa y en los países anglosajones donde se cena temprano, los desayunos son una comida completa, donde es frecuente tomar huevos y carne. Contrariamente en el mediterráneo y en los países latinos donde se acostumbra a cenar más tarde, muchas veces el desayuno se limita a un café.

Os proponemos tres alternativas saludables frente a los «típicos» desayunos.

Desayuno beber y untar

Es el más común en nuestro país. Como alternativa al café con leche con tostadas proponemos un café de cereales o un té (kukicha, hojicha, mú) con unas rebanadas de pan integral de levadura madre o tortas de cereales acompañadas de aceite de primera presión (oliva, sésamo, semillas) o crema de frutos secos (almendras, cacahuetes, tahín). Ocasionalmente podemos utilizar una confitura sin azúcar.
Debemos evitar el exceso de azúcares rápidos que aunque nos dan una energía instantánea, producen hipoglucemia a media mañana.

Desayuno de cereales típico

Frente a los cereales azucarados de los supermercados, podemos tomar un muesli ya preparado o unos copos de avena a los que podemos añadir algunos frutos secos o semillas, siempre utilizando ingredientes ecológicos de primera calidad. Como alternativa a la leche de vaca podemos elegir entre una gran variedad de bebidas vegetales.
Seremos moderados en el consumo de grasas aunque sean vegetales de buena calidad, debemos tomar siete veces más hidratos de carbono que grasas. No mezclaremos los cereales con frutas ácidas crudas.

Desayuno comida

Las personas que se levantan muy pronto y que realizan un trabajo físico importante acostumbran a desayunar alimentos contundentes y salados como huevos con jamón… Nosotros proponemos como alternativa una sopa de miso acompañada de  pan integral o un buen plato de cereales con verduras o restos de la noche anterior. Hablamos de platos como los que tomamos en la comida o en la cena.
No tomaremos alimentos demasiado salados porque como tienen un efecto contractivo interferirán con el dinamismo y la movilidad que necesitamos para encarar el día.

Los desayunos salados son más recomendables cuando nuestra salud está comprometida, tanto si tenemos una enfermedad crónica como si estamos solamente cansados o con estrés.

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