El yin y el yang II

 

 

Continuación del post: El yin y el yang I

La difusión a nivel mundial de la compresión energética de todos los fenómenos se la debemos a Georges Ohsawa, fundador de la Macrobiótica. Todo existe y todo cambia de acuerdo con estos postulados que nos legó.

Difundió los conceptos yin y yang aplicados de forma práctica a cualquier manifestación del mundo conocido. Sus definiciones, en muchos casos, son opuestas a las de la visión de la Medicina China, y pueden parecer erróneas. Sin embargo no lo son, porque los conceptos que son yang estructuralmente, son yin en el plano funcional, y el nombre que se les da depende de si estamos contemplando la estructura o la función.

Enseñaba el principio único o principio último de funcionamiento del universo. El desarrolló los 7 principios y las 12 leyes que describimos a continuación.

Los 7 principios del universo infinito

  1. Todo es una diferenciación del uno
  2. Todo cambia
  3. Todos los antagonismos son complementarios
  4. No hay nada idéntico
  5. Lo que tiene cara tiene reverso
  6. Cuanto mayor es la cara, mayor es el reverso
  7. Todo lo que tiene principio, tiene final

De estos 7 principios emana una profunda comprensión acerca del funcionamiento del mundo y de las cosas que en el ocurren.

Los alimentos

El concepto del yin y el yang, que es universal, adquiere un interés especial cuando lo aplicamos a los alimentos: nos permite utilizarlos de manera precisa en el mantenimiento y la recuperación de la salud.

Yin es la expresión de la energía de la tierra, ascendente y expansiva. Es la que hace que crezcan las plantas hacia la luz, la que permite que se produzcan la diástole en el corazón, la energía expulsiva en el parto, la que está presente en las inflamaciones, etc.

yinyang2Tabla 1. Los alimentos y la energía

Los alimentos de naturaleza yin tienen efecto expansivo, son blandos, impulsores y enfriadores. Dan lugar a las fases agudas de la enfermedad (irritación e inflamación) y, cuando se comen en exceso, favorecen las infecciones, alergias, enfermedades autoinmunes e inmunodeficiencia. Nos referimos al azúcar, miel, edulcorantes, dulces, helados, leche y derivados, zumos, batidos, frutas tropicales, especias, alcohol, té, chocolate y café, entre otros.

Yang es la manifestación de la energía del cielo, descendente y contractiva. Es la que domina en la formación de las raíces de las plantas, la que permite la sístole del corazón, la que da lugar a la formación de depósitos de grasa en las arterias, etc.

Los alimentos de naturaleza yang tienen efecto contractivo, son duros, estancadores y calentadores. Facilitan los depósitos de toxinas en forma de nódulos, pólipos, miomas… y su exceso da lugar a muchos tipos de cáncer y a las enfermedades cardiovasculares. Hablamos de los huevos, quesos curados, embutidos, salazones, caza, carnes rojas, mariscos…

Los alimentos equilibradores son aquellos que crean las condiciones de la salud: regulan la homeostasis del medio interno, regulando la oxidación, la acidosis, la concentración de electrolitos y el equilibrio sodio/potasio.

Son los cereales integrales, las legumbres, el pescado blanco y azul, las verduras y frutas de clima templado, las algas marinas, las semillas oleaginosas y los frutos secos. Este grupo de alimentos debe ser predominante en nuestro menú diario.

Una alimentación adecuada supone combinar sabiamente los diferentes grupos de alimentos conociendo los efectos que producen en nuestro organismo. De modo que si somos frioleros y depresivos evitaremos los alimentos de naturaleza yin, pero si somos individuos pletóricos y tenemos una tendencia al estancamiento y a la acumulación de excesos en forma de  nódulos, pólipos, cálculos… reduciremos la cantidad de alimentos yang y aumentaremos básicamente la cantidad de verduras.

Para un correcto equilibrio es aconsejable ingerir sobre todo alimentos de energía neutra, es decir, equilibradores, tomado los de naturaleza extremo yin y extremo yang sólo de modo excepcional.

ESC para cerrar

error: Contenido protegido.