Síndrome del Intestino Irritable

Si padeces de dolor abdominal, gases, hinchazón, náuseas, vómitos alternancia estreñimiento diarrea es que tienes el intestino irritable.

En medicina se llama también colon irritable o colitis funcional y se define como una enfermedad digestiva crónica de origen desconocido que afecta a un amplio porcentaje de la población. Puede manifestarse como diarrea intermitente, estreñimiento o como alternancia de las dos manifestaciones. El síntoma más frecuente es el dolor abdominal acompañado de algún tipo de disfunción en las evacuaciones.

Hace un tiempo era tratado como un desorden psicológico ya que no hay ningún examen médico que revele nada anormal en el intestino y muchas personas que lo padecen tienen altos niveles de estrés.

Muchos pacientes se preguntan cómo es posible que ellos se sientan tan mal y les salgan todas las pruebas diagnósticas sin alteraciones: analíticas de heces, colonoscopias, test del aliento, TAC…

La respuesta es simple. Rudolf Virchow fue uno de los patólogos más prominentes del siglo XIX y describió la teoría celular. A partir de ese momento se requiere que para que haya enfermedad debe haber alguna alteración en las células.

¿Qué pasa cuando no hay alteración celular como en el caso que nos ocupa? Pues que para la medicina moderna no hay enfermedad, luego el problema es psicológico, provocado por el estrés… y deja al paciente desconcertado cuando no se ve reflejado en ese perfil y sin respuesta terapéutica, pensad que a muchos pacientes se les deriva a psiquiatría.

Sin embargo, hasta finales del siglo XVII se pensaba que las enfermedades eran producidas por un desequilibrio entre los cuatro humores corporales: la sangre, la flema, la bilis amarilla y la bilis negra. Esta teoría que es la expresión de la medicina Hipocrática antigua ha dominado el pensamiento médico occidental durante más de 2.000 años y hoy en día ha sido sustituida por la teoría celular.

El pensamiento de Virchow estuvo influenciado por la visión de Descartes y de Newton y esa visión determinista considerando a las personas como independientes de los sistemas vivientes, separando la mente del cuerpo, el tiempo del espacio, lo físico de lo emocional, lo estructural de lo funcional… ha sido particularmente nefasta en las artes de la salud.

La calve comprensiva está en la visión global, tanto de las personas (cuerpo y mente), de los órganos (anatomía y fisiología), de los sistemas y aparatos (estructura y función) como de los alimentos (materia y energía).

Desde esta visión es muy sencillo entender que hay enfermedades donde existe un daño estructural en las células (anatomía patológica) y otras que son solo funcionales (no hay daño celular). En el caso que nos ocupa está claro que el intestino no funciona bien a pesar de que no haya daños estructurales.

La energía de los alimentos

Cuando contemplamos los alimentos más allá de los nutrientes (materia) descubrimos que tienen un componente funcional (energía) que explica su comportamiento en la salud y en las enfermedades. Es lo que los orientales llaman, el yin y el yang.

Son alimentos yin: el azúcar, los bollos, las galletas, la miel, la leche y los derivados lácteos, las grasas, los batidos, los zumos, los helados, los refrescos, el té, el chocolate, el café, el alcohol, las verduras y frutas tropicales, los crudos, las especias…

Debemos saber que el consumo de este grupo de alimentos ha aumentado en un 300 % en los últimos años. Estos alimentos además son enfriadores, dificultan la buena digestión y favorecen la formación de gases y la sensación de hinchazón… No debemos olvidar el efecto nefasto de toda la química agroalimentaria, tanto en la producción como en la elaboración de alimentos: pesticidas, abonos químicos, conservantes, et.

En muchos casos las personas aquejadas de colon irritable evitan la cafeína, el alcohol… pero comen cantidades importantes de verduras y frutas yin, creyendo erróneamente que esos alimentos son buenos y no hacen más que perpetuar su desequilibrio.

En la actualidad se recomiendan dietas que evitan los fructooligosacáridos FODMAPs, sin demasiado éxito ya que no contemplan más que los nutrientes.

Una corrección de los hábitos alimenticios erróneos desde la visión energética de los alimentos permite una recuperación fácil y rápida de este desorden.

Haciendo una dieta balanceada energéticamente, es decir incluyendo alimentos ecológicos, tomando como base los cereales integrales y en particular el arroz integral, la recuperación se consigue en un corto periodo.

Sin duda que cada caso requerirá unas pautas personalizadas y un seguimiento según el grado de deterioro funcional que padezca, pero insistimos que es un problema fácil de solucionar.

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