Y si no tomo leche, ¿qué desayuno?

Esta pregunta es cada vez más frecuente en los ámbitos nutricionales ya que los efectos adversos de la leche son cada vez más conocidos y comprobados. Existen muchas alternativas saludables como explicamos a continuación.

Algunas corrientes nutricionales afirman que es saludable desayunar zumos y/o batidos de frutas. En nuestro caso no los recomendamos al tratarse de alimentos muy ricos en azúcares rápidos y altamente enfriadores. Es importante contemplar todos los alimentos no solo por su composición química, sino también por sus características bioenergéticas, y una de ellas es el concepto frío/calor. No olvidemos que somos animales de sangre caliente.

Hay un sinfín de bebidas vegetales que se pueden consumir en lugar de la leche de vaca, todas ellas más ligeras y nutricionalmente más sanas.  No se trata de sustituir la leche de vaca por una bebida vegetal, sino de tener diferentes opciones de bebidas saludables.

Quiero proponeros tres alternativas saludables frente a los típicos desayunos.

  1. Desayuno  tipo «café con leche y tostada»

Por encima de todos, el más común en nuestro país. Como alternativa al café con leche y tostadas proponemos un café de cereales o un té (kukicha, mú, verde) con unas rebanadas de pan integral de levadura madre o tortas de cereales, acompañadas de aceite de primera presión (oliva, sésamo, semillas) o crema de frutos secos (almendras, cacahuetes, tahín). Ocasionalmente podemos utilizar una confitura sin azúcar.

Debemos evitar el exceso de azúcares rápidos que, aunque nos aportan una energía instantánea, producen hipoglucemias a media mañana.

La malta de cebada: es el resultado de tostar y moler la cebada. Al igual que el café de cereales es una bebida tonificante pero no excitante. Debe ser siempre biológica y no llevar azúcar en su composición. Se prepara como el café de puchero. No recomendamos los preparados instantáneos para consumo regular.

El café de cereales: es el resultado de tostar y moler diferentes mezclas de cereales y legumbres, bellotas, achicoria, etcétera. Es un buen tónico del riñón y no tiene efecto estimulante. No recomendamos consumir los que llevan higos en su composición porque son menos equilibradores desde la relación sodio/potasio. Se prepara como el café de puchero. Del mismo modo que en el caso anterior no utilizaremos los preparados instantáneos cotidianamente.

2. Desayuno de cereales típico

Frente a los cereales azucarados de los supermercados, podemos tomar un muesli ya preparado o unos copos de avena a los que les añadiríamos algunos frutos secos y/o semillas, siempre utilizando ingredientes ecológicos de primera calidad. Como alternativa a la leche de vaca podemos elegir entre una gran variedad de bebidas vegetales.

Seremos moderados en el consumo de grasas, aunque sean vegetales y de buena calidad. Conviene destacar, de hecho, que nuestros requerimientos nutricionales, si tenemos un trabajo sedentario, son de siete veces más hidratos de carbono que grasas. En ningún caso mezclaremos los cereales con frutas ácidas crudas.

La bebida de arroz: en la actualidad es posible encontrar en el mercado una gran variedad de bebidas de arroz perfectamente adaptadas a nuestras necesidades. Destacan su agradable sabor y alta digestibilidad, resultan muy nutritivas y representan otra forma de tomar arroz.

La bebida de avena: como cualquier cereal, se presta a hacer licuados. Es más cremosa que la anterior, excelente para hacer una bechamel ligera. Por su elevado contenido en fibra es ideal para bajar el colesterol. Su alto valor energético, la hace muy indicada para los niños y deportistas.

La bebida de mijo: recomendable para la fragilidad del cabello y las uñas, ayuda además a controlar la ansiedad por el dulce. Es muy ligera y dulzona. Su consumo es muy aconsejable durante el embarazo.

La bebida de espelta: muy adecuada para el buen funcionamiento hepático; las propiedades de esta bebida son semejantes a las del grano del que procede, ideal asímismo para deportistas y personas sometidas a altos niveles de estrés.

La bebida de maíz: tiene más grasa que las anteriores, al igual del grano del que procede. Indicada para niños y personas con tendencia al estreñimiento. En este sentido, lejos de ser una bebida laxante estimula de una manera suave el tránsito intestinal. Cabe destacar, del mismo modo, su efecto relajante.

La bebida de trigo sarraceno: como el trigo sarraceno es un alimento calentador, la bebida está sobre todo indicada para armonizar el funcionamiento del riñón y tonificar el sistema óseo, al igual que para evitar la caída del cabello. Tiene un sabor aromático muy característico.

La bebida de quinoa: Tiene un elevado valor nutricional gracias a su riqueza en proteínas y está naturalmente desprovista de gluten. Es rica en minerales por lo que favorece tener los huesos más sanos y fuertes. Además ayuda a reducir el colesterol y los triglicéridos gracias a su contenido en ácidos grasos omega 3. Es por lo tanto otra opción saludable.La bebida de soja: se trata del más conocido de los derivados de la soja. Muchos la recomiendan como sustituto de la leche porque tiene menos calorías, menos grasa y ausencia de colesterol. No obstante, no es recomendable atiborrarse. Es un alimento altamente proteico y su exceso podría producir fatiga de los órganos internos. De la misma manera, su carácter enfriador favorece el hiperestrogenismo, debilita la vitalidad sexual y la disminuye la capacidad reproductora. Con esta información no pretendemos desaconsejar el consumo de la bebida de soja, simplemente contrarrestar la publicidad engañosa a la que nos someten las industrias lácteas que nos la presentan como la alternativa a la leche de vaca.

3. Desayuno comida

Las personas que se levantan temprano y realizan un trabajo físico importante acostumbran a desayunar alimentos contundentes y salados como huevos con jamón, etcétera.

Nosotros proponemos como alternativa una sopa de miso acompañada de  pan integral, un buen plato de cereales con verduras o restos de la noche anterior. Hablamos de platos como los que tomamos en la comida o en la cena.

No debemos tomar alimentos demasiado salados, porque al tener un efecto contractivo interferirán con el dinamismo y la movilidad que necesitamos para encarar el día.

Los desayunos salados resultan más recomendables cuando nuestra salud está comprometida, tanto si se padece una enfermedad crónica como si estamos solamente cansados o con estrés.

Lo ideal es alternar los diferentes tipos de desayuno y no encasillarnos en uno de ellos, tanto nutricionalmente como energéticamente.

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