La libertad de vacunación III

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A través del post de hoy os invito a una reflexión profunda acerca de la conveniencia o no de vacunar a los hijos. Se trata de actuar desde la libertad que nos da el conocimiento, no desde el miedo ni la imposición. 

Continuación del post: La libertad de vacunación II

¿Las vacunas son antinaturales?

Según la OMS: no, al contrario, las vacunas simplemente están utilizando las leyes de la naturaleza. Gradualmente la ciencia ha ganado perspectiva sobre algunos de los mecanismos básicos utilizados por la naturaleza para prevenir y curar enfermedades infecciosas.

Según la liga para la libertad de vacunación: todo lo que sea imitar a la naturaleza no deja de ser un remedio. En esta imitación se usan productos que nada tienen que ver con la infección propia: conservantes, estabilizantes, etc. Productos que se han cultivado y de cuya pureza, en particular con los virus, no podemos tener una garantía plena. Al usar cultivos animales no podemos excluir la posibilidad de contagio con priones, proteínas sin ácido nucleico, que son resistentes a todos los medios terapéuticos hoy conocidos. Se introducen proteínas ajenas al organismo y al agente infeccioso (bacteria o virus). Por eso no se puede decir que la vacuna es natural.

¿Son peligrosas las vacunas?

Según la OMS: aunque en general las vacunas son extremadamente seguras, no hay ninguna vacuna que carezca completamente de efectos adversos. La gran mayoría de éstos, además, son menores.

Según la liga para la libertad de vacunación: los riesgos que contraemos están asociados a la producción, conservación y atenuación. La pregunta de si la vacuna conlleva más riesgos que la infección propia no es posible responderla de manera general.

¿Por qué debo vacunar a mis hijos?

Según la OMS: las vacunas son la mejor protección posible contra las enfermedades que nos conciernen. Su hijo correrá un riesgo más alto de contraer la enfermedad que otros niños ya vacunados. Este riesgo sobrepasa ampliamente los pequeños inconvenientes por los que está preocupado.

Según la Liga para la Libertad de Vacunación: los niños pequeños no tienen un sistema inmunitario maduro. En todo caso es preferible la vacunación cuando el sistema inmune pueda asumir mejor su papel, la enfermedad suponga un riesgo real y los posibles efectos indeseables se puedan descubrir con más facilidad.

¿Son obligatorias las vacunas?

Sólo será obligatoria la vacunación cuando exista un peligro inminente y extraordinario de salud pública. Y aún en ese caso, las medidas que se tomen serán siempre temporales, hasta la desaparición del peligro que las motivó.

Puesto que el hecho de no vacunarse no implica un riesgo general hacia el resto de la sociedad, esta obligación de vacunarse es ilegal y vulnera el derecho a la libertad personal, la integridad física y la intimidad personal.

Debe pues prevalecer el derecho a no vacunarse y que tal decisión sea tomada por los padres, que en definitiva tienen la obligación de velar por la salud y educación de sus hijos

Recomendaciones sobre la aplicación de las vacunas

– En general, valorar la posibilidad de no vacunar de sarampión, paperas ni tosferina por la benignidad de estas enfermedades.

-En determinadas circunstancias plantear la vacunación de la rubeola y del tétanos:

  • de la rubeola, sólo a las mujeres que estén en edad de tener hijos y no la hayan padecido previamente. Entre la inoculación de una vacuna y el inicio de un embarazo debe transcurrir un tiempo prudencial de seis meses.
  • del tétanos, sólo si existen factores de riesgo por causas laborales o de residencia.

– Considerar la posibilidad de vacunar de difteria y de polio si se suscita una situación epidémica y las medidas higiénicas fuesen insuficientes.

– Si se decide vacunar hay que tener en cuenta las siguientes consideraciones:

– Hacer una historia clínica del individuo, en cuanto a sus antecedentes personales, valorando especialmente la existencia de un terreno alérgico y de enfermedades autoinmunes, la existencia de trastornos neurológicos y convulsiones. Estas enfermedades contraindican la vacunación.

– En el caso de aparición de alguna complicación a lo largo de las diferentes inmunizaciones, se debería considerar la posibilidad de excluir alguna o varias vacunas.

– Evitar las combinaciones simultáneas de vacunas. Debido al efecto sinérgico de algunas vacunas, cuando se administran juntas se potencian sus efectos secundarios. Si se decide vacunar es aconsejable que se administre cada vacuna por separado. Actualmente existen por separado las vacunas de la rubeola, la polio y el tétanos, además de todas las demás como la antigripal, de la hepatitis, de la meningitis, de la Haemophilus influenzae, la tuberculosis, etc.

Contraindicaciones

En determinadas situaciones la vacunación está contraindicada, como enfermedades inmunitarias, ciertos trastornos neurológicos, enfermedades autoinmunes, pacientes alérgicos que han manifestado agravación con una vacuna, en convalecencia de enfermedades, y en todos los casos en que se ha registrado una fuerte reacción postvacunal, hay que considerar que la vacunación probablemente esté contraindicada.

Una política de vacunación diferenciada permitiría prestar una asistencia sanitaria individualizada y comunitaria, respetuosa con las opiniones de cada uno y favorecedora de un diálogo ciencia-sociedad menos autoritaria y dramática. Animo a los padres a asumir la responsabilidad que les corresponde, a recuperar la capacidad real de decidir sobre la salud de nuestros hijos y la propia.

Para terminar

Para recetar una vacuna sería necesario hacer una historia clínica para individualizar el tratamiento en función del estado de salud y las circunstancias particulares de cada persona, en cada circunstancia. No se puede indicar una medicación para todos sin valorar cada situación.

Un acto médico, como lo es la vacunación, debería ir acompañado de un consentimiento informado de la persona adulta a la que se propone la vacuna, o de los padres del niño si es menor de edad, en el que vendrían explicados tanto los riesgos como los beneficios de las vacunas.

Debe ser imprescindible la formación de los profesionales que indican la vacunación sin conocer su grado de efectividad y riesgos. No tener un conocimiento profundo de todos los aspectos de la efectividad de las vacunas puede contribuir a considerar erróneamente que los vacunados no pueden padecer la infección, y por lo tanto no diagnosticarla, poniendo en riesgo a toda la población.

Se debería dar el mismo trato mediático a las informaciones pro vacunas como a aquellas que las cuestionan de forma documentada, y también a las complicaciones graves, incluso de fallecimiento, tanto de los vacunados como de los no vacunados. No se pueden criminalizar algunos casos no vacunados y silenciar el mismo resultado en personas vacunadas. Existe un colectivo de afectados por las vacunas que es ignorado por la Administración y la Sanidad Pública.

Se observa la necesidad de crear una comisión de profesionales de diferentes opiniones y sin implicaciones o intereses económicos, que estudie a fondo y cree las líneas de investigación necesarias, con el fin de conseguir un planteamiento consensuado y coherente que oriente a la población en la toma de sus decisiones.

Información complementaria sobre vacunación

Para conocer la red española de información sobre las vacunas y/o para descubrir para quienes no la conozcan la red española del tratamiento homeopático de los efectos postvacunales, dirigirse a: www.vacunacionlibre.org

 

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