La Medicina Biológica y la Macrobiótica

Descubre cómo dos grandes sabios procedentes de culturas bien distintas confluyen en su visión de la medicina global, holística, sanadora del individuo, más allá de la medicina sintomática moderna.

El sentido profundo de la medicina como arte curativa nos llega tanto de oriente como de occidente. No deja de ser curioso cómo en el siglo XIX personas de culturas tan diferentes como la europea y la japonesa llegan a las mismas conclusiones tras una vida de observación de las leyes naturales. Nos referimos a C. W. Hufeland (1.762-1.836) y a G. Ohsawa  (1.893-1.966).                 

La Medicina Biológica, tal y como la conocemos hoy, surge con los postulados del científico alemán C. W. Hufeland y su obra «Macrobiótica o el Arte de Prolongar la Vida» en la que distingue con agudeza entre la medicina académica con sus especialidades y la medicina holística que se orienta a la globalidad del individuo.

La Medicina Biológica busca el restablecimiento del equilibrio de la persona con el entorno a través de la curación de la enfermedad, en contraposición a la medicina oficial, como ciencia exacta y materialista, cuya finalidad es la eliminación de los síntomas para aliviar al enfermo.

 La Medicina Biológica

  • Emplea medios materiales además de métodos dinámicos y energéticos basados en el caudal de la experiencia humana a lo largo de toda la historia.
  • En ella, predomina el principio constructivo en cuanto al mantenimiento de la salud y en la regulación de la capacidad de autocuración, mientras que la medicina convencional actúa sólo sobre los síntomas de la enfermedad.
  • Está orientada hacia el biosistema humano, frente a la medicina convencional que lo está hacia los síntomas aislados.
  • La eficacia terapéutica contempla la valoración no convencional de los síntomas físicos y emocionales, integrando en un todo los diversos factores.

Sin embargo, la Medicina Biológica no es una alternativa a la medicina oficial, es complementaria en el sentido de que potencia los mecanismos de defensa, que son los que hacen que disminuya la necesidad de fármacos convencionales. Permite que los síntomas se alivien y favorece la progresión de la mejoría cuando se ordenan los mecanismos biológicos y fisiológicos hasta conseguir el equilibrio que definimos como salud.

 La Macrobiótica

Es unos años después de la introducción del concepto de Medicina Biológica por C. W. Hufeland cuando el japonés G. Ohsawa acuña el término Macrobiótica para abordar una comprensión globalizadora de la relación del ser humano con su entorno, donde la alimentación es el principal aspecto de esa relación.

Para los orientales, todo lo que nos rodea es la expresión de dos fuerzas antagónicas y complementarias, la energía de expansión y la energía de contracción. Ellos definen como Yin a la energía expansiva, ascendente, de la tierra y Yang a la energía contractiva, descendente, del cielo.

Cuando aplicamos esta visión global a la alimentación, observamos que son de naturaleza yin los alimentos vegetales (crudos, dulces, acuosos, blandos, fríos…)  y de naturaleza yang los alimentos animales (cocinados, salados, secos, duros, calientes.).

La «dieta macrobiótica»

Actualmente el aspecto más conocido de la Macrobiótica es una dieta que se define como básicamente vegetariana, girando en torno a los cereales y las legumbres y basada en la comprensión energética del yin y el yang.

De modo que al planificar una dieta para una persona concreta, se contemplan no sólo los nutrientes o el balance ácido-base, sino además el aspecto energético en cuanto a la elección de los alimentos, la proporción en la que se prescriben, así como las formas de preparación, etcétera.

A la hora de diseñar la dieta, se tienen en cuenta el sexo de la persona, su condición, la actividad que desarrolla, el clima, el entorno, etc. No existe una dieta macrobiótica para todo el mundo sino unos principios de comprensión que permiten adecuar la dieta a cada persona en su circunstancia.

Validez científica de la Macrobiótica

La validez científica de los criterios de la macrobiótica se puede comprobar mediante los métodos de evaluación que emplea la Medicina Biológica, como son la Organometría Funcional y la Bioelectrónica de Vincent y los de la medicina oficial como son las diferentes pruebas de laboratorio, radiológicas, etcétera.

Salud y equilibrio cuerpo-mente

La aproximación de la Macrobiótica al ser humano es global, donde el cuerpo es la parte material (yang) y el espíritu es la parte sutil (yin). La relación entre ambos es lo que da entidad a la persona, de modo que lo que le sucede al cuerpo influye en el yo espiritual, por eso  la alimentación repercute en nuestras emociones, sentimientos y pensamientos.

La enfermedad surge de la falta de equilibrio entre el cuerpo y el espíritu, y la alimentación es la herramienta principal para recuperar la salud.  Este postulado se resume en la frase «mens sana in corpore sano».

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