El colesterol : una obsesión II

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Hoy te ofrecemos recursos muy útiles para prevenir las enfermedades cardiovasculares más allá de los tópicos de cuidar la presión arterial, dejar el tabaco, hacer ejercicio y comer ensalada y carne a la plancha.

Continuación del post: «El colesterol: una obsesión I»

Fuentes del colesterol

Todo el mundo sabe que hay alimentos ricos en colesterol y grasas saturadas que deben ser consumidos con moderación e incluso evitados en el caso de tener hipercolesterolemia. Por eso hay un etiquetado en los alimentos que dice “cholesterol, free”.

Contrariamente a lo que la gente piensa, los alimentos más perjudiciales en los problemas cardiovasculares son el azúcar y las grasas trans (margarinas, repostería, golosinas, barritas energéticas…). Sólo en segundo lugar estarían las grasas saturadas de los alimentos de origen animal como las de la carne y los productos lácteos, siendo las de estos últimos las más aterogénicas. Sin embargo, las grasas saturadas cuando provienen de alimentos vegetales como el coco, el aguacate, etc. no serían tan perjudiciales.

El que viene de la dieta

Si en la alimentación predominan los alimentos yang como carnes, huevos, chorizo, jamón, fiambres, morcilla, quesos curados, empanadas, etc. podemos sufrir una elevación del colesterol y por lo tanto debemos reducir el consumo de estos alimentos. Debemos tener en cuenta que los  alimentos energéticamente yang favorecen también la elevación del colesterol “malo” LDL.

Hay muchas personas se cuidan y no comen nada que contenga colesterol y a pesar de ello, siguen teniendo el colesterol elevado. En este caso el médico les dice que tienen colesterol familiar o genético que es lo mismo. En este caso no tienen más opción que tomar fármacos.

El que producimos nosotros

Lo que muchos que cuidan su alimentación no saben, es que los alimentos yin que no tienen colesterol como azúcar, dulces, zumos, refrescos, café, frutas, ensaladas, etc. por su carácter irritante hacen que nuestros órganos internos produzcan cantidades excesivas de colesterol. Por otra parte, esos mismos alimentos favorecen además la elevación del colesterol “bueno” HDL.

Por eso, las dietas consideradas sanas, tipo “lechuga y pechuga” que incluyen alimentos yang combinados con alimentos yin, no ayudan a tener unos valores normales de colesterol.

Sólo las dietas centradas en alimentos equilibradores como los cereales integrales combinados con las legumbres como base de los menús, acompañadas de verduras, frutas y algo de alimento animal son capaces de regular la homeostasis y permiten tener valores bajos de colesterol y el equilibrio entre el bueno y el malo (LDL/HDL).

El colesterol y el riesgo cardiovascular

Las campañas publicitarias anti colesterol nos han hecho creer que es el único factor de riesgo en los problemas como el infarto y la trombosis. Pero para prevenir un problema cardiovascular debemos controlar además los niveles de inflamación y de oxidación, los niveles de homocisteína, la relación colesterol/triglicéridos y el grado de estrés.

Los alimentos que la medicina oriental define como yin favorecen la irritación y la inflamación de los tejidos, nos referimos al azúcar, el chocolate, café, etc. por lo que deberán ser evitados.

Los alimentos procesados por la industria alimentaria están oxidados por lo que deberán ser descartados de nuestra dieta. Son lo que llamamos “los comestibles”.

La homocisteína es un residuo metabólico de las proteínas de origen animal, particularmente de la carne y su concentración en sangre es un gran indicador del riesgo cardiovascular. Por eso es necesario reducir el consumo de alimentos animales.

Para conseguir un buen equilibrio metabólico es tan importante vigilar el contenido en grasa de los alimentos, como el contenido en colesterol.

Los niveles de estrés merecen un punto y aparte, desarrollamos este apartado en el siguiente post.

Continúa en el post: «El colesterol: una obsesión III»

 

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