Las restricciones de la visión microscópica

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Hoy quiero compartir con todos vosotros una reflexión acerca de las restricciones que comporta la visión microscópica de los alimentos. No deja de ser sorprendente como muchas publicaciones priorizan el sensacionalismo antes que la información veraz.

La forma de ver los alimentos como una simple suma de nutrientes, es decir la aproximación microscópica, no permite hacer un abordaje comprensivo sobre el consumo o privación del café.

En una revista de gran tirada en nuestro país, en una página de puede leer que el consumo de café podría agravar el Alzheimer y solo unas páginas más adelante, una experta nos habla de un estudio que revela que tomar dos tazas de café una hora antes de hacer ejercicio reduce los dolores musculares que producen las agujetas, gracias a los polifenoles que contiene.

En otra no menos importante nos cuentan cómo, en California, por ley, el café se venderá como si fuera tabaco, es decir, alertando de que contiene acrilamida: un poderoso cancerígeno. Pero para aumentar más la confusión, en el mismo artículo se dice que hay estudios científicos que han demostrado que el café puede ser sano e incluso llegar a prevenir algunos tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares.

Y yo me hago la siguiente reflexión: cualquier persona con un mínimo interés por la salud, que es el comprador potencial de este tipo de publicaciones, después de leer los contenidos que acabo de resumir, ¿qué decisión puede tomar?

Os invito a cambiar de enfoque y aprender a ver los alimentos, lo mismo que el resto de los fenómenos, además de desde la visión de los nutrientes y antinutrientes, desde la visión global, funcional, energética y a contemplar igualmente la cantidad, calidad, frecuencia de consumo, así como la relación con el resto de alimentos de la dieta.

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