Los alimentos: estructura y función II

A continuación hacemos una breve descripción de los alimentos atendiendo a su aspecto funcional, es decir, si calientan o enfrían, si aceleran el metabolismo o lo inhiben, si contraen o dilatan, etcétera.

Continuación del post: Los alimentos: estructura y función I

Los alimentos se pueden clasificar según su función:

Alimentos Calentadores/Enfriadores

Un análisis de laboratorio no nos dice nada acerca del efecto calentador o enfriador de los alimentos, pero sí miles de años de experiencia en todos los pueblos y culturas del planeta. Todas las medicinas tradicionales tienen en cuenta estos aspectos a la hora de utilizar los alimentos con fines curativos. Debemos tener en cuenta que el frío es un agente causal en muchas patologías, tanto si es de origen externo, por ejemplo el que produce el clima, como interno, que es el que producen los alimentos enfriadores.

Son alimentos calentadores:

Todos los reconstituyentes, tónicos fuertes como las carnes rojas,  embutidos, salazones, quesos curados, empanadas, ahumados, caza, etc.

Del mismo modo, la sal y lo salado tienen igualmente efecto calentador; así como las formas de cocción que utilizan altas temperaturas como el horno, la parrilla, la brasa, etc.

Podemos tener problemas de exceso de calor aunque no tomemos demasiados alimentos animales si tenemos costumbre de comer todo muy sazonado y cocinado.

Un consumo excesivo de estos alimentos puede provocar demasiado calor en nuestro cuerpo.

Estos alimentos ralentizan la circulación de la energía y tienen efecto estancador favoreciendo los depósitos de toxinas en forma de quistes y tumores. Esta situación provoca que se manifiesten problemas de congestión, bloqueo, sobrecarga y exceso en todos los sistemas, pudiendo dar lugar a enfermedades de mal pronóstico.

Son alimentos enfriadores:

El azúcar y todos los dulces, miel, productos lácteos, helados, té, chocolate y café, así como todo lo crudo, batido o refrigerado. Son así mismo enfriadoras las especias, las vinagretas, las futas tropicales, infusiones, etc.

Un consumo excesivo de alimentos enfriadores va a favorecer todas las enfermedades de deficiencia que dan como resultado una mala calidad de vida: problemas de garganta, nariz y oído, así como asma bronquial, eczema, sinusitis, debilidad generalizada, mala circulación, falta de fuerza digestiva, sensación de frío aunque haga calor, dolor lumbar y articular, diarreas, cólicos, alteraciones hormonales, etc.

Alimentos Contractivos/Expansivos

Dependiendo de si son de origen vegetal o animal, de si son ricos en potasio o en sodio, de su contenido en agua, de la velocidad y del lugar de crecimiento, etc., los alimentos tienen un efecto contractivo/endurecedor o expansivo/dilatador.

Son alimentos de naturaleza contractiva:

Todos los de origen animal, ricos en proteínas y grasas, que son salados y secos como los quesos curados, salazones, mojamas, ahumados, etc. Del mismo modo están es esta categoría los huevos y todo lo tostado y horneado.

Un consumo excesivo de alimentos contractivos favorece:

  • En el plano físico tensión muscular, contracturas y desgarros, estrías, endurecimiento de las arterias, formación de cálculos renales y hepáticos y de depósitos en forma de tumores benignos y malignos. Los alimentos de naturaleza contractiva también se definen como constructores por su riqueza en proteínas.
  • En el plano psicológico introversión, bloqueo emocional, dificultad para expresar sentimientos, resentimiento, inadaptabilidad, ira, comportamiento irritable y malhumor, supercontrol…

Son alimentos de naturaleza expansiva:

Todos los alimentos refinados incluyendo azúcar, refrescos y alcohol, así como los productos lácteos blandos. También favorecen la inflamación las verduras y frutas tropicales, los edulcorantes, zumos y harinas. Son alimentos con alto contenido en agua en comparación al resto de nutrientes que contienen.

Un exceso de alimentos expansivos favorece:

  • En el plano físico anemia, cansancio, bajada de las defensas, obesidad,  flacidez, varices, falta de memoria, irritaciones de la piel y las mucosas, infecciones tanto por bacterias y hongos como por virus. Los alimentos de naturaleza expansiva también se definen como desintegradores por su pobreza en nutrientes. Son así mismo impulsores, favorecedores de las eliminaciones en forma de inflamación.
  • En el plano psicológico extroversión, falta de control de las emociones, llanto fácil, dependencia emocional, miedo, depresión, falta de autoestima, ansiedad,  estrés y angustia.

La Medicina Oriental define como yin a los alimentos que son dulces, blandos, acuosos, cremosos y suaves que además son enfriadores, de naturaleza expansiva y ricos en potasio. Por el contrario clasifica como yang a los que son salados, duros, secos y pesados, con efecto calentador, de naturaleza contractiva y ricos en sodio.

En las sociedades modernas ha aumentado el consumo tanto de los alimentos yang, como de los yin. A la vez que han desaparecido de nuestra mesa los alimentos equilibradores que describimos a continuación. Ese cambio está en la base de las llamadas enfermedades de la civilización.

Figura 1. Visión energética/funcional de los alimentos

Alimentos equilibradores, balanceados en la relación Sodio/Potasio

El equilibrio sodio/potasio es una aproximación cuantitativa al equilibrio yin/yang de la Medicina Oriental. Los conceptos yin y yang son mucho más profundos y complejos de lo que explicamos aquí. Son atributos del yin y el yang la calidad animal o vegetal, el lugar de crecimiento, el contenido en agua, el color, la forma, etc. Solo que la relación sodio/potasio nos permite una aproximación más científica, objetivable y cercana a la química.

Cuando tenemos salud, en el interior de las células el sodio y el potasio están en una proporción de 1 a 7. Por eso la introducción de alimentos con una relación lo más próxima a 1/7 entre el sodio y el potasio es fundamental para hacer un abordaje con éxito en la recuperación del equilibrio interno.

A los cereales integrales, legumbres y oleaginosas, que son fruto y semilla a la vez, los llamaremos alimentos terapéuticos porque tienden a restablecer el desequilibrio energético que ha producido la enfermedad.

También son alimentos equilibradores las verduras y frutas de clima templado, los frutos secos, así como las algas marinas y los alimentos fermentados de larga duración con adicción de sal, como el miso y el tamari.

Tabla 5. Relación Sodio/Potasio en los alimentos

En la tabla precedente observamos que los alimentos de origen vegetal son más ricos en potasio en comparación con los del reino animal. Por eso, en una dieta en la que predominan los vegetales la utilización de la sal marina es imprescindible para balancear los alimentos, de modo que se ha usado en la cocina desde la antigüedad más remota.

Después de más de 30 años de experiencia con más de 20.000 casos clínicos reportados puedo afirmar que el consumo regular de alimentos equilibradores es un requisito imprescindible en la recuperación de cualquier enfermedad, sea aguda, crónica e incluso degenerativa.

Pero para que un alimento adquiera la dimensión de medicamento, es esencial en todos los casos contemplar la frecuencia de consumo, la proporción en la que se debe tomar, así como la forma de preparación.

Después de conocer las características de los alimentos tanto por su origen como por sus características bioenergéticas, podemos ir haciendo pequeños ajustes en nuestra alimentación diaria, para mejorar nuestra salud.

La dieta terapéutica

La terapia marcada por la dieta no es un invento moderno, más bien al contrario. En la historia de la medicina, tanto en oriente como en occidente, todos los grandes médicos de la antigüedad prescribían medidas dietéticas a sus pacientes: daban una importancia capital a la alimentación. Así, Hipócrates, considerado por muchos como el padre de la medicina, ya decía: «Que tu alimento sea tu medicina, y que tu medicina, sea tu alimento».

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