La anemia III

Existe la idea generalizada de que la vitamina B12 está exclusivamente en los alimentos de origen animal y consecuentemente si no comemos carne tendremos carencia. Vamos a ver que la afirmación de que la carne y particularmente la de hígado es la única fuente de vitamina B12 es falsa. 

Continuación del post: La anemia II

La vitamina B12 es esencial para el funcionamiento normal del sistema nervioso, así como para la formación de la sangre, participando además en múltiples funciones del metabolismo.

Esta vitamina fue descubierta por su relación con la anemia perniciosa, una enfermedad que destruye las células parietales del estómago que son responsables de la producción del ácido clorhídrico, así como del factor intrínseco, imprescindible para la correcta absorción del hierro.

Lo que algunos no saben sobre la vitamina B12

Los únicos organismos vivos que son capaces de sintetizar esta valiosa sustancia son los microorganismos procariotas como las bacterias y las arqueas. Ni las plantas ni los animales pueden sintetizar esta vitamina, por eso debemos saber que los alimentos en los que está presente es gracias a la simbiosis bacteriana.

Estructuralmente hablando, esta es la vitamina más compleja. Su molécula, también llamada cobalamina, hace referencia a un grupo de compuestos con una estructura específica en torno a un ion central de cobalto. Curiosamente aparece una estructura similar en la clorofila solo que en este caso el ion central es el magnesio y también en la hemoglobina en la que el lugar central lo ocupa el hierro.

Por lo tanto, podríamos decir que la estructura de la molécula de la cobalamina (Co) está en el origen de la vida de la mano de las células procariotas y que la hemoglobina (Fe) es al reino animal lo que la clorofila (Mg) al reino vegetal.

La absorción de la vitamina B12 de los alimentos requiere una rigurosa masticación, un nivel adecuado de factor intrínseco y un perfecto estado de funcionamiento tanto del páncreas como del intestino delgado.

Los problemas con uno de estos órganos y/o con cualquiera de sus funciones tienen como consecuencia la deficiencia de esta vitamina.

Debido a la complejidad del proceso de absorción de la B12, podemos encontrarnos hipovitaminosis B12 en diferentes individuos independientemente de su patrón dietético. No podemos por tanto simplificar el tema, ni demonizar las dietas veganas a priori.

La cantidad total de vitamina B12 almacenada en el cuerpo humano es aproximadamente de dos a cinco miligramos en los adultos. Alrededor del 50 por ciento de esta cantidad se acumula en el hígado.

El principal modo de excreción es a través de la bilis, pero más tarde es reciclada a través de la circulación enterohepática. Gracias a este eficiente mecanismo el hígado puede almacenarla durante varios años, por lo tanto, es rara la deficiencia nutricional de esta vitamina. El exceso no acumulado es excretado por la orina.

La velocidad de cambio de los niveles de B12 en la sangre depende del equilibrio entre la cantidad ingerida, la cantidad excretada y la cantidad absorbida. La hipovitaminosis B12 puede aparecer en un año, si las cantidades almacenadas iniciales son bajas debido a factores genéticos y/o desfavorables, o puede que aparezca después de décadas. En los bebés sin embargo, la hipovitaminosis B12 puede aparecer mucho más rápidamente.

Fuentes de vitamina B12

En última instancia, los animales debemos obtener la vitamina B12 directa o indirectamente de las bacterias  que acompañan a los alimentos.

Hay múltiples microorganismos que producen vitamina B12 como los que viven en simbiosis en las raíces de las plantas y otros como Propionibacterium fredenreichii, Propionibacterium shermani, Pseudomonas denitrificans y otras Pseudomonas.

La podemos encontrar en la mayoría de los alimentos de origen animal: pescados y mariscos, así como carnes, huevos, leche y sus derivados. Algo que sin duda es chocante ya que las vitaminas en un principio se definieron como aminas vitales, es decir imprescindibles para la vida y así todo el mundo las asocia con alimentos vivos y frescos como frutas y verduras. Justo lo contrario a los alimentos animales.

De todos modos, es fácil entender que cuando consumimos las carnes y los pescados, estos alimentos  provienen de animales muertos en los que la actividad bacteriana comienza en el momento del sacrificio del animal y, sin duda, son esas bacterias las que sintetizan la vitamina B12.

Además de que existe síntesis intestinal de B12, y de los alimentos citados anteriormente encontramos esta vitamina en ciertas algas, tanto marinas como de agua dulce, en el choucrout, el miso, y todos los derivados fermentados de la soja.

tanto las fuentes vegetales como las algas que nos aportan vitamina B12, al igual que los alimentos de origen animal, no es porque la contengan como componente propio sino que es sintetizada por las bacterias de la flora bacteriana asociada.[

Pero para ser precisos, debemos explicar que en los vegetales fermentados, como los derivados de la soja y el chucrut, la B12 se encuentra en forma de provitamina y algunos autores afirman que en forma de provitamina no es utilizable.

Estas afirmaciones no nos deben preocupar, lo mismo que cuando hemos explicado en un post anterior las diferencias entre el hierro hemo y no hemo. Las investigaciones nunca son puras ni imparciales y siempre están financiadas por diferentes grupos económicos, como todos sabemos.

Datos que nos hacen pensar

El Dr. Den Hartog comprobó científicamente que las personas con buena salud sintetizan vitamina B12 en sus intestinos por medio del Streptomyces griseus, componente habitual de la flora intestinal.

El Dr. Lederer de la universidad de Lovaina en Bélgica, afirmaba que la vitamina B12 es sintetizada por la flora intestinal y que cuando se manifiesta la anemia perniciosa no se trata de falta de vitamina B12 sino de una incapacidad del estómago de producir el factor intrínseco indispensable para que la B12 atraviese la pared del intestino.

El Dr. Albert L. Lehninger en su libro Principios de Bioquímica, texto de referencia en mi etapa universitaria, afirma que los sujetos vegetarianos estrictos durante largos periodos, cubren sus necesidades de vitamina B12 gracias a sus bacterias intestinales y a las bacterias ingeridas con los alimentos vegetales.

Existen muchos más autores que defienden los postulados de que no es imprescindible tomar carne para tener unos niveles de vitamina B12 adecuados.

Pero si pensamos un poco, ¿de dónde obtienen la vitamina B12 los animales de los que se utiliza su carne como alimento? Dicho de otra manera, las vacas son animales herbívoros, lo mismo que los corderos, potros…

Al parecer los trabajos citados inexplicablemente no están en las hemerotecas, ni en los archivos y en la actualidad todas las referencias recientes sobre el tema están cortadas por el mismo patrón: los suplementos de vitamina B12 son necesarios ya que las recomendaciones nutricionales sugieren reducir el consumo de alimentos animales.

Más recientemente, El Dr. José Mataix Verdú y el catedrático Fermín Sánchez de Medina corroboran lo dicho más arriba afirmando que podemos recibir aportes de vitamina B12 de la carne o de la natural contaminación bacteriana de los alimentos y que la ingesta disminuida de vitamina B12 difícilmente puede conducir a una deficiencia porque existe una evidente circulación enterohepática de vitamina B12 que asegura su reutilización y una pequeña biosíntesis por la microbiota colónica.

Estos autores, igualmente vuelven a insistir en que la vitamina B12 no la sintetizan ni las plantas, ni los animales, sólo puede ser sintetizada por unas pocas especies de microorganismos.

Alimentos ricos en vitamina B12 en µg./100g.

Las necesidades diarias son de 1µg. diario (una millonésima de gramo), aunque se recomiendan hasta 5µg. al día.

Luego si nos atenemos a los conocimientos actuales, no tendríamos que padecer anemia tanto si comemos alimentos animales como si hacemos dieta vegana, ya que la cuestión no está en comer o no carne, sino en comer equilibradamente desde el punto de vista energético.  Lo que se traduce en:

  • evitar los comestibles, los alimentos refinados y procesados, así como el azúcar
  • evitar la leche y los derivados lácteos
  • consumir alimentos integrales y ecológicos
  • respetar las proporciones entre los diferentes grupos de alimentos
  • tener en cuenta la frecuencia de consumo de los diferentes alimentos
  • contemplar la relación sodio/potasio en los alimentos a la hora de su elección
  • tener una buena digestión
  • producir suficiente factor intrínseco
  • lograr un buen funcionamiento del duodeno, páncreas e hígado

Por todo ello, os animo a profundizar en la comprensión de la visión energética de los alimentos,  o lo que es lo mismo su calidad yin/yang, para poder comer desde la libertad que nos da el conocimiento, gozando de buena salud.

La información vertida en este artículo está avalada además de por rigorosos estudios, por más de 35 años de experiencia clínica tratando a pacientes con anemia mediante una dieta básicamente vegetariana. En estos casos los alimentos de calidad animal en ningún caso suponen más de un 15 por ciento del volumen total ingerido.

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