La mejor dieta depurativa

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¿Quién de nosotr@s no ha pensado ponerse a dieta estos días? El comienzo del año es un buen momento para cultivar unos hábitos alimenticios saludables. A la par que eliminamos los excesos de las fiestas, bajaremos peso y contribuiremos a acrecentar nuestra salud.

Después de las comidas navideñas necesitamos que nuestro organismo vuelva a la normalidad. Como las dietas milagro no existen, vamos a contemplar unos cuantos aspectos que pueden ser de gran ayuda para conseguir la tan anhelada meta.

Usaremos el sentido común: en invierno no es aconsejable hacer una dieta hipocalórica ya que nuestros requerimientos energéticos son mayores que en verano. Debemos reducir la ingesta de alimentos, pero no hacer una dieta a base de frutas y/o de zumos.

Aumentaremos la cantidad de líquidos: teniendo en cuenta que beber sin sed fatiga al sistema renal, debemos utilizar bebidas calentadoras y tonificantes del riñón. Los líquidos más aconsejables son los caldos de verduras y legumbres, así como los tés.

Haremos cinco comidas al día: las dietas fraccionadas favorecen que nuestro organismo responda mejor a la pérdida de peso. Se trata de repartir lo que vamos a comer en el día en cinco ingestas: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena.

Pondremos a funcionar al hígado: es un órgano central en la digestión y se congestiona por las grasas saturadas, los azúcares y el alcohol. Comiendo cada día cereales integrales, legumbres y verduras de hoja verde aportamos las cantidades necesarias de fibra. La fibra insoluble combate el estreñimiento, mientras que la soluble favorece la secreción de bilis lo que ayuda a una mejor digestión.

Ayudaremos al riñón: éste no es un filtro pasivo como el desagüe de un lavabo. Se trata de una bomba que está diseñada para eliminar 1,5 litros de orina al día. Por ello no se trata de agotar al riñón bebiendo 8 vasos de agua al día y tomando zumos depurativos, sino de aumentar ligeramente el consumo de caldos de verduras y de algas. También podemos tomar tés remineralizantes que tonifican al riñón.

Sustituir las proteínas animales por las legumbres es, así mismo, una magnífica opción ya que contienen mucha menor cantidad de purinas. De esta manera se cumple el dicho de que “no es más limpio el que mucho limpia, sino el que poco ensucia”. Las judías azuki son excepcionales como alimentos armonizadores del riñón, por lo que no pueden faltar en nuestra dieta.

Una cuestión muy importante es aplicar calor justo encima de los riñones y/o en la zona lumbar. El riñón es un órgano que se debilita tanto por el frío como por lo que enfría, y la aplicación de calor es fundamental para activar su función. El barro calentador es una forma de aplicación de calor saludable frente a la manta eléctrica.

Durante este mes debemos evitar los “adornos” de la dieta como salsas, guarniciones y demás. Podemos tomar cereales y legumbres con cocciones básicas, verduras de hoja verde escaldadas o al vapor y algo de choucrout o germinados. Por supuesto no pueden faltar una pequeña cantidad de algas y las sopas calentadoras.

Los indicadores de que el plan ha funcionado, serían: mejor aspecto en piel, cabello y uñas, menos peso, más vitalidad y paz interior. Por supuesto, nunca está demás repetir que todos los alimentos deben ser ecológicos.

Continuará en el post  que os permitirá poner en práctica estos consejos:

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