La medicalización de la salud femenina I

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Medicalizar es aplicar medicamentos o hacer intervenciones médicas innecesarias o excesivas. Es intervenir médica o farmacológicamente en la vida de las personas sin justificación. Las mujeres somos un colectivo especialmente medicalizado en lo que se refiere al área ginecológica.

Las mujeres hemos sido hasta la edad media, las depositarias de un conocimiento ancestral: las técnicas de sanación del chamanismo que se han practicado desde tiempo inmemorial. De hecho hoy todavía en las comunidades indígenas, las mujeres son poseedoras de los conocimientos sobre las técnicas curativas y del poder sobre la transmisión de la vida.

La llegada de la medicina moderna produce un cambio de paradigma, donde las mujeres pasamos a ser objeto de un control social por parte de la industria farmacéutica con la ayuda de los médicos.

Cuando fenómenos vitales como la menopausia, la menstruación, el embarazo y el parto, dejan de contemplarse como procesos naturales para ser vistos como problemas médicos en sí mismos, se está medicalizando. Sin embargo, esos procesos son etapas de la vida que el cuerpo puede afrontar con sus propios recursos.

El abuso de los fármacos

Ya desde la pubertad, se prescriben hormonas para regular la duración del ciclo menstrual, para controlar el sangrado, el dolor, el síndrome premenstrual, hay que poner a nuestras hijas la vacuna del VPH…

A continuación vienen los anticonceptivos para evitar embarazos no deseados y luego cuando la mujer decide tener hijos, se continúa con otros medicamentos para inducir a la ovulación o para hacer una hiperestimulación ovárica, todos ellos con graves efectos secundarios.

En la siguiente etapa de la vida están los tratamientos de terapia hormonal sustitutoria en la menopausia…

Debemos pararnos a pensar cómo sin darnos cuenta, estamos ligadas a la industria farmacéutica toda la vida.

El abuso de la cirugía

Se realizan multitud de intervenciones quirúrgicas en muchos casos injustificadamente. A título informativo diremos que la intervención más frecuente en Estados Unidos es la cesárea, seguida de la extirpación del útero y los ovarios. En ese país el 40,5% de las mujeres a los 64 años están histerectomizadas. La mayoría de las histerectomías se realizan cuando las mujeres tienen entre 30 y 54 años de edad. En casi todos los casos es por miomas uterinos que raramente malignizan.

En nuestro país en los casos de sangrado excesivo se recurre a la histerectomía en el 60% de los casos sin importar que el útero extirpado sea normal.

¡Miles de mujeres con su aparato reproductor mutilado frente a miles de hombres con sus genitales y su próstata intactos!

Un ejemplo ilustrativo

En una consulta un ginecólogo le dice a una mujer a la que ya le había extirpado un ovario en la juventud:

-Le vamos a quitar el otro ovario porque como ya no vas a tener más hijos y tienes antecedentes…

A lo que ella le responde:
-¿Si a usted le hubiesen quitado un testículo y le fuesen a quitar el otro, se echaría mano a la entrepierna no?

El ginecólogo contesta:
-¡No es lo mismo!

Sin comentarios.

Continúa en el post:  «La medicalización de la salud femenina II»

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