El mercurio es un metal neurotóxico, que va a estar implicado en trastornos neurológicos y del comportamiento, dando lugar a disfunciones cognitivas y motoras con síntomas como temblores, insomnio, pérdida de memoria, falta de coordinación, convulsiones, cefalea, incapacidad para hablar, etcétera.
A temperatura ambiente se presenta en estado líquido. Son esas bolitas plateadas que todos los mayores veíamos cuando se rompía un termómetro. Es tóxico tanto por inhalación, como por ingestión o por contacto.
¿Dónde encontramos mercurio?
Desde la era industrial el mercurio se utiliza en las industrias químicas de producción de cloro, de PVC… que producen vertidos tanto a la atmósfera como a las aguas, unas veces controlados y otras sin ningún tipo de control.
También está presente en las pilas que usamos en el ámbito doméstico, tanto las normales, como las alcalinas son altamente contaminantes de las aguas si no se reciclan adecuadamente.
El timerosal es un conservante a base de mercurio etílico que está presente en muchos antisépticos, cosméticos, productos de higiene personal y colirios. Se utiliza para evitar la contaminación por gérmenes en los viales de vacunas múltiples.
Debido a su alta toxicidad, este producto está retirado en muchos países, pero en el nuestro no, porque sigue primando el beneficio económico antes que el bienestar de la población. El compuesto atraviesa la barrera hematoencefálica y directamente puede producir daño cerebral. Os invito a comparar los calendarios vacunales en los diferentes países, para entender la situación de los niños de nuestro país.
Lo que no saben nuestros niños: Si de pequeño te llegan a contar lo que leerás a continuación sabrías que es posible que tengas un 25 % más de mercurio en tus tejidos que el resto de los niños europeos.
Hoy te voy a pinchar 7 vacunas a la vez (difteria, tétanos, tosferina, poliomielitis, Haemophilus B, hepatitis B y meningitis C). Vuelves 8 semanas más tarde porque te pondré 7 vacunas más de golpe.
Al cabo de 16 semanas tendrás que repetir lo mismo, y, si tienes fiebre, no pasa nada, es normal. De aquí a 15 meses, me gustaría protegerte con la triple vírica (rubeola, sarampión y paperas) y lo volveré a hacer dentro de 4 años.
A los 18 meses otro pinchazo de recordatorio de las 7 primeras vacunas. ¡En tres años recibirás 22 pinchazos!
Pero la principal fuente de contaminación por mercurio son las amalgamas dentales, los conocidos empastes de toda la vida.
La amalgama es un material de color plateado que los odontólogos emplean para rellenar las cavidades que se producen en las carias dentales. Están compuestas por mercurio 50 %, plata 35 %, estaño 13%, cobre 2 %.
Según una publicación de U.S. Food and Drug Administration (FDA), el mercurio de las amalgamas es liberado en forma de vapor y este es absorbido por los pulmones. Altos niveles de exposición a este vapor pueden hacer que la persona que lo ingiera sufra efectos adversos en el cerebro y los riñones. Sin embargo, se han usado de forma generalizada porque son duraderas y baratas, otra vez prima el beneficio a corto plazo.
Por último, está el consumo de pescados azules grandes como el pez espada, el tiburón, el emperador y el atún rojo, de los que para tener toxicidad deberíamos comer en torno a 170 gramos de pescado a la semana.
Peligros de la contaminación mercurial
A la vista de lo expuesto, debemos tener una visión global y valorar el consumo del agua del grifo, de los productos químicos de higiene y belleza, de los medicamentos y vacunas, de las amalgamas dentales y de pescados grandes que están al final de la carrera alimentaria. Debemos contemplar todas las fuentes de intoxicación.
Debemos tener una perspectiva amplia y no contemplar solamente el tema de las vacunas o el de los pescados azules, se trata de minimizar la exposición al mercurio den todos los ámbitos persiguiendo la meta de vivir con salud.