
La caída del cabello es un problema que afecta a muchas personas de forma continua, pero suele agravarse después del verano. En condiciones normales de salud, perdemos unos cien cabellos al día, los cuales son reemplazados por otros nuevos. Este proceso puede compararse con lo que ocurre en los árboles de hoja perenne, que renuevan sus hojas continuamente y mantienen su follaje durante todo el año.
Sin embargo, cuando la caída del cabello se descontrola, el proceso se asemeja más a los árboles de hoja caduca, donde las hojas caen de golpe y no son reemplazadas de inmediato. En este caso, el problema no es solo encontrar cabellos en la ducha o el peine, sino que no haya un crecimiento suficiente de nuevos cabellos para compensar las pérdidas.
Causas de la caída del cabello
Diversos factores pueden desencadenar la pérdida de cabello:
- Estrés y depresión: estados emocionales que afectan el equilibrio del organismo.
- Enfermedades autoinmunes o anemia: condiciones médicas que debilitan al sistema capilar.
- Toxicidad: derivada de medicamentos (esteroides, anticonceptivos, quimioterapia) o del uso excesivo de productos químicos como tintes y lacas.
En general, la medicina occidental tiende a buscar causas externas, tratando los síntomas de manera superficial. Entre los tratamientos más recientes se encuentran las inyecciones de factores de crecimiento plaquetario, que han demostrado cierta eficacia. También existen remedios caseros como fricciones y mascarillas, aunque suelen ofrecer resultados limitados si no se aborda el origen del problema.
La visión de la medicina biológica
Desde la perspectiva de la medicina biológica, el cabello está estrechamente relacionado con la función de los riñones. Al igual que las plantas absorben agua y minerales de la tierra, los riñones regulan el equilibrio hídrico y mineral en el organismo.
Un exceso de líquidos o alimentos desmineralizadores, como refrescos, cervezas, helados y otros productos ricos en azúcares refinados (frecuentes en verano), puede causar una sobrecarga en los riñones. Este desequilibrio afecta la calidad del cabello, provocando caída, pérdida de brillo y falta de vitalidad.
Propuestas para prevenir la caída del cabello
- Cuida tu alimentación
Evita alimentos que debilitan el riñón, como los ultraprocesados, y enriquece tu dieta con:
- Algas: Incorporadas en pequeñas cantidades en guisos, sopas o ensaladas. Son un excelente alimento armonizador del riñón.
- Legumbres: Especialmente las de forma arriñonada, como las azukis, que son altamente terapéuticas para los riñones.
- Aplica calor a la zona lumbar
El calor ayuda a tonificar los riñones y a eliminar líquidos retenidos. Puedes usar una manta térmica o una bolsa de agua caliente para aplicar calor en esta zona.
- Escoge productos capilares de calidad
Utiliza un champú ecológico y evita lavados innecesarios. En algunos casos, puede ser útil aplicar una mascarilla capilar para nutrir el cabello externamente, complementando la nutrición interna.
Al comprender que la salud del cabello y la piel refleja el estado de nuestros órganos internos, especialmente los riñones, podemos abordar este problema desde un enfoque integral, cuidando tanto el exterior como el interior.