Hoy comparto con vosotros la pregunta de Mari Luz, una paciente que acudió a mi consulta por un problema de tiroiditis autoinmune.
Hola Elena, todavía no me toca la revisión con el endocrino y no podemos por tanto valorar la evolución de la TSH, pero estoy muy contenta con el cambio de alimentación ya que otros aspectos de mi salud que son fácilmente comprobables han mejorado de forma sustancial. Por ejemplo, mi estreñimiento ha desaparecido y duermo profundamente, sin contar con que se ha esfumado la ansiedad con la comida que tenía antes… Pero, Elena, ¡estoy helada todo el día!
Teóricamente no como alimentos enfriadores, por eso no logro comprender por qué tengo tanto frío. ¿Me puedes orientar?
Estimada Mari Luz,
Muchos de vosotros al modificar la alimentación durante el invierno, sentís mucho más frío del habitual, en especial si ha habido pérdida de peso. El organismo está soltando lastre en forma de grasa y es necesario que pase un tiempo hasta que el cuerpo se ajuste a la nueva condición.
También puede ocurrir, del mismo modo, que la sensación que me comentas tenga su origen en una vasoconstricción excesiva como reacción a la introducción de nuevos alimentos.
Si en tu caso no ha habido una pérdida de peso importante y estás tomando más sal y condimentos salados que antes de venir a la consulta, debes reducir la cantidad tanto de sal marina como de miso, tamari, gomasio y umeboshi.
Pasada esta fase de adaptación, conseguirás la termorregulación de forma progresiva. Si lo necesitas, durante este periodo, abrígate un poco más. Ten la tranquilidad de que la reacción forma parte del proceso de recuperación de la salud.
Un afectuoso saludo,