Descubre la confusión a la que nos puede llevar el utilizar los nutrientes para referirnos a los alimentos: no todos los hidratos de carbono se comportan del mismo modo.
Cada vez hay más personas que afirman no tomar carbohidratos por la noche ya que engordan más que durante el día. El argumento esgrimido es que como después de cenar nos vamos a dormir, no gastamos energía y la glucosa se almacena en forma de grasas. De hecho hay muchas corrientes nutricionales que excluyen los hidratos de carbono en la cena.
Si los carbohidratos que tomamos provienen del pan, pasta y arroz blancos, engordan independientemente de la hora del día en la que los consumamos. Lo mismo que los que provienen de los zumos, azúcar y miel. Estos hidratos de carbono son de absorción rápida o muy rápida, de modo que si no se queman en el momento de ser comidos, se almacenan en forma de grasas.
No ocurre lo mismo si consumimos carbohidratos provenientes de los cereales integrales, legumbres y verduras, ya que éstos son de absorción lenta. Para que los almidones de los alimentos se conviertan en glucosa deben ser digeridos previamente. De ese modo la glucosa llega al torrente sanguíneo gradualmente, gota a gota, y este hecho permite que se pueda quemar antes de ser almacenada en forma de grasa.
Por otra parte los alimentos integrales, el ser ricos en fibra, tienen un efecto saciante superior al de los alimentos refinados, por lo que necesitamos comer menos cantidad. Es muy sencillo comprobar cómo se puede bajar peso cenando arroz integral, sólo hay que experimentarlo. Personalmente lo he corroborado en los más de 20.000 pacientes atendidos a lo largo de mi vida profesional.
Para evitar confusiones lo correcto es hablar de alimentos, y no de nutrientes, ya que está ampliamente comprobado que los hidratos de carbono se comportan de diferente manera dependiendo del alimento del que proceden.