Los colores, sabores y formas de cocción

La Medicina Oriental, holística, donde todo está relacionado, desde muy antiguo asocia el color de los alimentos, el sabor y las formas de cocción con determinados órganos del cuerpo. Algo que en occidente no se tiene en cuenta porque no se conocen las cualidades funcionales de los alimentos (su energía), sólo se contemplan la composición química y las calorías.

Así el riñón, la vejiga y el aparato reproductor armonizan con el color marrón-negro de las judías, con la oscuridad del invierno; con el sabor salado de las algas marinas, y con las cocciones prolongadas como los estofados a fuego lento y los horneados.

El hígado y la vesícula biliar resuenan con el color verde de las verduras de hoja y con la primavera; con el sabor ácido de los alimentos fermentados, y con las cocciones al vapor.

El corazón y el intestino delgado comparten energía con el color rojo de los frutos y frutas, con la luz del verano; con el sabor amargo, y con los alimentos crudos o escaldados.

El estómago, el bazo y el páncreas se activan con el color amarillo del mijo, con el ambiente cálido de los campos al final del verano; con el sabor dulce neutro de la calabaza, y con los hervidos y guisados.

Y finalmente, el pulmón y el intestino grueso se asocian con el color blanco del arroz y la nieve del invierno; con el sabor picante del nabo o del jengibre, y con las cocciones a presión y algo frito.

Por eso, para mantener el equilibrio interno, en la preparación de nuestros platos deberemos tener en cuenta los cinco colores, los cinco sabores y las cinco formas de cocción.

Descubre más de 160 artículos como este en mi libro «ALIMENTO PARA EL CUERPO Y EL ESPÍRITU».

Disponible en edición física en nuestra Biotienda en el siguiente enlace:

http://tiny.cc/yw7daz

y en formato digital en Amazon:

http://tiny.cc/qx7daz

ESC para cerrar

error: Contenido protegido.