Se llaman frutos secos a unos alimentos que tienen una característica común con las frutas secas: que contienen menos del 50% de agua. Además son ricos en grasas, proteínas, hidratos de carbono, fibra, vitaminas y minerales como el resto de las semillas.
Los frutos secos crecen en los árboles y tienen una cáscara dura a diferencia de las frutas. Son fruto y semilla a la vez, por eso son alimentos completos, es decir contienen todos los nutrientes que precisa la planta al nacer: hidratos de carbono, proteínas, grasas, vitaminas, minerales y oligoelementos.
Destaca su alto contenido en grasas, más del 60%. Aunque son grasas insaturadas y por lo tanto cardiosaludables, no debemos olvidar que la cantidad cambia la calidad, luego haremos en todos los casos un consumo muy moderado de estos preciosos alimentos. Por eso los frutos secos serán siempre un tentempié, no una comida principal.
Las proteínas que contienen deben ser balanceadas con los cereales para su aprovechamiento óptimo, por eso es saludable añadir algunas avellanas, almendras, piñones… a los mueslis. Como no contienen gluten son adecuados para los celiacos. Los hidratos de carbono que contienen son de absorción lenta luego están indicados para los diabéticos.
Aunque en algunas tablas vemos que son ricos en calcio, este mineral no es muy asimilable al no estar bien balanceado con el fósforo, las algas son una fuente de calcio mucho más biodisponible. Aunque existen muchos más frutos secos de los que describimos aquí, no centramos en estos cuatro por ser los más comunes en nuestro entorno.
Son las que tienen más cantidad de proteínas entre los frutos secos, estos nutrientes son constructores y por lo tanto imprescindibles para la formación de la masa muscular, las hormonas, las enzimas, los anticuerpos… son más digestibles si se toman tostadas y saladas.
Son muy ricas en vitamina E, que es un poderoso antioxidante que previene el envejecimiento, también son muy ricas en ácido fólico, una vitamina que además de prevenir la espina bífida, retrasa la aparición de las canas. Destacan por su alto contenido en magnesio, que es imprescindible para una buena asimilación del calcio
Las nueces son unos de los alimentos esenciales para el cerebro, el fruto tiene una forma semejante a este órgano y las grasas son constituyentes esenciales de las neuronas, es fácil ver la analogía. Su consumo previene la depresión, la hiperactividad y el insomnio. Como son ricas en lecitina ayudan a tener buena memoria. Son útiles en la enfermedad de Alzheimer, la Esclerosis Múltiple…
Son uno de los frutos secos más proteicos junto con las almendras, luego son interesantes como alimentos constructores y estarían indicados para producir hemoglobina, hormonas… están por tanto adecuados durante el crecimiento, en la práctica deportiva, en el embarazo…
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