Los efectos nocivos del azúcar II

Más allá de producir caries o de favorecer la obesidad, el azúcar está implicado en numerosos desórdenes de los que la arteriosclerosis y los trastornos mentales no son más que una muestra.

Continuación del post: Los efectos nocivos del azúcar I

Azúcar y trastornos mentales

Aunque es bien conocida la relación que existe entre las vitaminas del grupo B y de forma particular la vitamina B1 y el metabolismo del sistema nervioso, hoy queremos destacar el informe que publicó el investigador americano Dr. Wilder. Hizo un estudio con 1.500 pacientes en una institución para enfermos mentales. Se les suministró una dieta completa excepto la vitamina B1. A las pocas semanas aparecieron trastornos psíquicos que desaparecieron al volver a suministrar alimentos ricos en esta vitamina.

Él mismo resumió su informe advirtiendo de los peligros de una dieta pobre en esta vitamina y afirmando que las necesidades diarias de este nutriente no se cubren consumiendo cereales refinados como el pan blanco. Evidentemente, las necesidades de esta vitamina aumentan de forma proporcional a la ingesta de azúcar por lo que en nuestra sociedad la situación de agrava aún más.

Está demostrado hace ya muchos años que la deficiencia de vitaminas del grupo B (sobre todo B1, B2 y B3), favorece la aparición de problemas psicológicos, especialmente depresiones y trastornos en el sistema nervioso.

El consumo de azúcar también afecta a nuestro comportamiento. Algunos de los síntomas constatados como consecuencia de una ingesta excesiva son: falta de memoria, sueño prolongado, fatiga repentina, pasividad, actitud negativa, emociones incontroladas, miedo, pesimismo, propensión a accidentes, nerviosismo, introversión, indecisión, falta de concentración, etcétera.

Azúcar y arterioesclerosis

La opinión de que un consumo excesivo de grasas es la principal causa de las enfermedades cardiovasculares (arterioesclerosis, infarto de miocardio, ictus cerebral…) está muy extendida. Por eso los alimentos de origen animal ricos en grasas tienen mala reputación.

No obstante, en los últimos tiempos se van observando una serie de contradicciones, como el caso de personas en las que su tasa de colesterol en sangre, no es proporcional a la cantidad de grasas animales consumidas. Esto es debido a que nuestro organismo aumenta la producción de colesterol como consecuencia de una dieta rica en azúcares.

A esta conclusión llegó el profesor John Yudkin, director médico del Instituto Científico para la Nutrición de la Universidad de Londres. Después de largas investigaciones aseguró que entre las causas de infarto de miocardio ocupa el primer lugar el sobreconsumo de azúcar, por delante incluso del de grasas.

Junto a ello hay que relatar los famosos experimentos que realizó el profesor Dr. Carl Peter Henrik Dam, premio nobel danés de medicina, en los que consiguió producir cálculos (piedras) de colesterol en la vesícula biliar de hámsteres, alimentándolos con un suplemento de harinas refinadas y azúcar. Es interesante saber que el sedimento que produce la formación de cálculos de colesterol es del mismo tipo del que observamos en los depósitos de las arterias de nuestro aparato circulatorio.

Estos y otros investigadores no han hecho más que confirmar experimentalmente lo que ya clínicamente se sospechaba, es decir, que la causa fundamental de las enfermedades cardiovasculares es la misma que la de la mayor parte de las llamadas enfermedades de la civilización: la forma de alimentación moderna en la que, como veremos, el azúcar juega un papel importantísimo.

Continúa en el post: Los efectos nocivos del azúcar III

ESC para cerrar

error: Contenido protegido.