Las solanáceas y el reuma

Es un hecho conocido que las verduras comestibles de la familia de las solanáceas están asociadas con el reumatismo y la artritis. En un estudio en el que participaron cinco mil pacientes que evitaron las patatas, pimientos, berenjenas y tomates, y además dejaron de fumar (el tabaco pertenece a la misma familia botánica), se observó una mejoría progresiva en el dolor y una recuperación en la desfiguración de los dedos en el 70 por ciento de los afectados.

Estas verduras, tan populares en nuestra cultura en la actualidad, además de contener solaninas (alcaloides tóxicos), como la tomatina o la nicotina, son alimentos fuertemente yin, o lo que es lo mismo, crean en el cuerpo una condición de frío y humedad. También tienen un profundo efecto desmineralizador.

El comportamiento energético de los alimentos es completamente desconocido en occidente, donde sólo contemplamos su composición química: los nutrientes. El efecto enfriador de los alimentos no está relacionado con la temperatura a la que los consumimos sino con su relación sodio/potasio entre otros aspectos.  

El frío y la humedad provenientes del clima tienen un efecto adverso en muchas enfermedades y de modo particular en las enfermedades reumáticas. La expresión «me ha calado el frío hasta los huesos» nos habla de cómo las personas reumáticas perciben el efecto del frío. Por eso en muchos casos eligen pasar el invierno en Benidorm o en Canarias para combatir las bajas temperaturas de la estación.

En los casos en que vuestras articulaciones os molesten es conveniente protegeros del frío, hacer ejercicio y/o tomar antiinflamatorios, pero sobre todo, prescindir de las verduras citadas y dejar de fumar.

ESC para cerrar

error: Contenido protegido.