Ingredientes:
- Dos cucharadas de soja verde
- Agua embotellada o filtrada
Lavamos la soja en varias aguas y escurrimos en un colador.
Ponemos las semillas en un bote con agua filtrada o embotellada hasta que las cubra y lo cerramos con una gasa mantenida con una goma elástica o bien cerramos con una tapa agujereada. Lo dejamos en remojo toda la noche.
Al día siguiente vaciamos el bote y aclaramos bien, no hace falta quitar la gasa o la tapa, es suficiente con colocar el bote volcado sobre una bandeja o sobre un escurreplatos.
Durante los tres o cuatro días siguientes repetimos la operación de lavar y aclarar bien las semillas, dejando el bote volcado para que el agua salga y no se queden las semillas sumergidas.
En cuanto tenemos los brotes formados, ya están listos para comer. Algunos prefieren escaldarlos unos minutos y otros tomarlos directamente. Los podemos usar como acompañamiento de cualquier plato o en las ensaladas… Buen provecho.