¿Podemos comer de todo? II

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¿Sabías que la forma y el tamaño de los dientes determinan su función, y por tanto nos indican el tipo y proporción de alimentos que podemos masticar mejor? ¿Has pensado alguna vez que la palabra muela viene de moler? Lo que te contamos hoy es algo más que un dato curioso, te invito a que leas lo que sigue.

Continuación del post: ¿Podemos comer de todo? I

Seguimos con la visión de la anatomía comparada en el reino animal, que iniciamos la semana pasada. Hoy analizamos la dentición humana en relación con los diferentes grupos de alimentos.

El tipo de dentición

Cada grupo de dientes tiene unas características estructurales distintas como veremos a continuación:

  • Los animales herbívoros tienen unos incisivos planos muy desarrollados, no tienen caninos  y los molares están diseñados para la rumiación.
  • En los animales carnívoros destacan los colmillos que están muy desarrollados, así como las llamadas muelas carniceras, que cuando el animal cierra las mandíbulas actúan como unas tijeras, permitiendo romper los huesos de las presas.
  • Los seres humanos tenemos un tipo de dentición similar a la de muchos herbívoros que ilustra claramente cuál debe ser nuestro tipo de alimentación.

Nuestra dentadura completa consta de 32 dientes, de los cuales: ocho son incisivos,  conocidos como palas, cuatro caninos, también llamados colmillos, y, 20 molares, designados como muelas.

Cada pieza dental tiene una función, siendo por tanto adecuada a un tipo de alimentos como vemos en la tabla siguiente:

Microsoft Word - Criterios para aprender a comer II.docx

Tabla 1. Función de los diferentes tipos de dientes

Es decir:

  • 20/32 de las piezas dentales están diseñadas para moler, más de la mitad
  • 8/32 para cortar o morder, una cuarta parte
  • 4/32, muy pocas,  para desgarrar

Según este esquema el 60% de la dieta debería estar representado por  los cereales y las legumbres, que son granos susceptibles de ser molidos. El 25% correspondería a las verduras y/o las frutas, que son las que se pueden morder, como hacemos cuando comemos un tallo de apio o una manzana. El 15% restante estaría formado por los alimentos de origen animal, como las carnes, pescados, etc. que si no utilizamos cubiertos los tendríamos que desgarrar.

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Figura 1. Proporción de alimentos según la dentición

Conclusiones

Si comparamos nuestro tracto gastrointestinal con el de los animales carnívoros, herbívoros y omnívoros, observamos que es más próximo al de los herbívoros. Este hecho indica que estamos diseñados para ser básicamente vegetarianos, pudiendo incluir algo de alimento animal opcionalmente.

Proporción de alimentos en un menú equilibrado

Cereales
Deberían ser la base de la alimentación, los consumiremos preferentemente en grano, y sólo ocasionalmente en forma de harinas, siempre que sea posible, integrales y de cultivo biológico.

Legumbres
Son el complemento perfecto de los cereales ya que al tomarlos juntos permiten un mayor aprovechamientos de las proteínas de ambos. Sustituyen con muchas ventajas a la carne porque dejan muchos menos residuos metabólicos. Estos dos grupos de alimentos deberán representar al menos el 60% del volumen total de lo que comemos cada día.

Alimentos de origen animal
Podemos incluir algo de pescado blanco o azul. Dejaremos la carne y los huevos para un consumo ocasional.  La leche y los derivados lácteos los evitaremos siempre que sea posible. Los alimentos de origen animal nunca deben ser la base del menú y representarán como máximo el 15% del total del plato.

Sopas
En la actualidad son un plato en desuso, pero es muy útil para tonificar al aparato digestivo. Deben ser siempre ligeras, compuestas sobre todo por verduras y/o algas.

Verduras
Representarán la cuarta parte del plato. Podemos tomar dos terceras partes cocinadas de diversas formas y el resto crudas.

Frutas
Tomaremos frutas con moderación, siempre del tiempo y del lugar. En invierno las consumiremos en compota o asadas, y siempre serán un tentempié para incluir alejadas de las comidas.

Bebidas

Beber sin sed fatiga al sistema renal. Si en nuestra dieta predominan los alimentos vegetales ya tenemos asegurada el agua necesaria para nuestro metabolismo. Por otra parte, como tomamos pocos alimentos de origen animal, no hay muchos residuos que eliminar, de modo que beberemos en función de la sed.

Como bebidas cotidianas usaremos agua de manantial, o filtrada y/o tés sin teína como el kukicha o el bancha, así como cafés de cereales, achicoria, etc.

Aplicando estas sencillas claves, estaremos dando unos pasos de gigante en la consecución de la salud plena.

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