- 1 bol de garbanzos cocidos
- ½ bol de cebollas
- 3 cucharadas de harina integral
- 1 cucharada de tamari
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal marina
- Pan rallado biológico
- Semillas de sésamo
Lavamos bien los garbanzos, los ponemos en remojo la noche anterior con agua filtrada o embotellada. Al día siguiente tiramos el agua del remojo y los ponemos a cocer en la olla a presión sin sal, para que queden más blandos. El tiempo de cocción orientativo es de media hora, pero depende del tipo de fuego y de olla. Una vez que están cocidos retiramos el caldo de la cocción que lo podemos utilizar para una sopa…
Mientras cortamos las cebollas en cuadraditos muy pequeños y las salteamos con el aceite y la sal, hasta que estén doradas. Trituramos los garbanzos aplastándolos con un tenedor. A continuación, añadimos la cebolla, el tamari y un poco de harina para que nos quede una masa manejable. Damos forma a las croquetas y las pasamos por pan rallado. Las podemos freír en abundante aceite y al sacarlas de la sartén las colocaremos sobre un papel absorbente, o las podemos pasar por semillas de sésamo y meterlas al horno a gratinar, según el gusto.
En ambos casos las tomaremos calientes con unas gotitas de tamari por encima y acompañadas de algunas verduras escaldadas.
Elena me interesaría mucho tu opinión sobre la información que he encontrado en este enlace.
Gracias
http://www.nutricionencasa.com/2013/05/26/adios-soja-querida/#more-3952
Hola Isabel, mi opinión queda reflejada en el post que publiqué al comienzo de mi blog, donde además de corroborar lo que se dice en el artículo al que me remites, explico las cualidades de los derivados de la soja fermentados, como alimento/medicamento en la alimentación tradicional en oriente.