La leche de vaca, ¿alimento para seres humanos? I

Close-Up Of Milk Against Blue Background

En el mundo industrializado actual se considera que la leche de vaca es un alimento imprescindible para los seres humanos en todas las etapas de la vida. Es algo que no se cuestiona en ningún caso y se plantea, además, que es insustituible. Así lo afirman algunos spots televisivos.

En la evolución de la vida ya algunos insectos como las abejas producen un alimento altamente específico: la miel. Está diseñada para asegurar la supervivencia de las larvas durante el desarrollo de las futuras abejas. Posteriormente, dentro del reino animal sólo los mamíferos han desarrollado un alimento con una alta especificidad biológica para alimentar sus crías: la leche.

La leche materna es un alimento que nos brinda la naturaleza para ser mamado; es completa, está disponible en todo momento, exenta de contaminación bacteriana y va cambiando su composición según va madurando el bebé.

La composición cualitativa y cuantitativa de la leche que produce cada mamífero es diferente y está adaptada a la especie para la que se ha diseñado como una llave a una cerradura.

Es tan importante que cada animal tome la leche que la naturaleza ha diseñado para él que en el caso de la  especie humana, tanto en las culturas indígenas como en las tradiciones de las antiguas civilizaciones, nunca se ha dado leche de otro animal a los niños. Aunque hubiese animales en proximidad, siempre se optaba por una nodriza que, además de amamantar a su propio hijo, criaba a la vez al de la madre seca.

La leche materna es tan importante en la vida humana que hasta nuestra galaxia se llama La Vía Láctea, que significa Camino de Leche. Según la mitología griega, la apariencia de la banda blanca que rodea al firmamento es la leche derramada por la Diosa Hera, tras negarse a amamantar a Hércules que entonces sería inmortal, es decir: ¡para que Hércules fuese inmortal debía de mamar! De todos es sabido que detrás de los grandes mitos se esconden grandes verdades.

Los seres humanos, como el resto de los mamíferos, cuando nacemos, necesitamos mamar leche de nuestra madre, que es la que la naturaleza ha diseñado para nuestro correcto crecimiento y desarrollo. Así, durante más de mil quinientas generaciones los bebés han sido amamantados por sus madres biológicas, o en su defecto por las nodrizas.

Un poco de historia

Con llegada de la revolución industrial, la mecanización de la agricultura y la industrialización en la producción de alimentos, acontece un hecho sin precedentes: los niños, e incluso los adultos comienzan a consumir regularmente leche de vaca y se empiezan a desarrollar leches de fórmula a partir de esa leche para alimentar a los bebés.

Las vacas de antaño vivían una media de veinte años y producían entre 2.000 y 2.500 litros de leche al año, es decir unos 6 litros al día; actualmente, gracias a la ingeniería genética o a la mejora de las razas, hay vacas que producen de media de 6.000 a 8.000 litros al año, que son unos 20 litros al día, las súper vacas dan de 10.000 a 12.000 litros al año, es decir, 30 litros al día y las más modernas llegan a producir hasta 70 litros de leche al día.

Las vacas lecheras actuales viven cuatro o cinco años y generalmente mueren cirróticas. La producción de leche no está ligada al parto y a la crianza del ternero como en todos los mamíferos, incluido el ser humano, sino a las hormonas sintéticas que se les inyectan cada catorce días, a la alimentación altamente concentrada donde aparecieron las harinas cárnicas, así como a la suplementación con antibióticos. Todo este conjunto de factores es nefasto para la propia vaca y, por extensión, para los consumidores de su leche.

tabla leche 1Tabla 1. Aumento en la producción de leche

Estos cambios por sí solos no habrían hecho posible el actual consumo de productos lácteos si no se hubiesen descubierto al mismo tiempo la pasteurización y la esterilización. Pensemos que hace sesenta años para consumir leche debíamos vivir en la proximidad de una vaca que estuviese criando, ya que se trata de un alimento perecedero que necesita refrigeración y tratamiento para su correcta conservación.

Si consideramos que la leche es un alimento para ser mamado, en una etapa de la vida en que por nuestro estado de desarrollo no toleramos más que la de nuestra especie, y que las leches de cada especie animal son altamente específicas, no deja de sorprendernos que en la actualidad la leche de vaca sea el alimento más consumido en el hogar, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación con más 100 litros por persona al año.

Tenemos que añadir a este dato que el consumo del resto de productos lácteos supone otros 35 kilos por persona al año. Estamos un poco por encima de la media europea pero bastante por debajo del consumo en Estados Unidos con 255 kilos por persona al año. Hay quienes afirman que por cada dos estadounidenses hay una vaca. No tenemos datos al respecto, pero pudiera ser cierto ya que en el mundo hay el mismo número de vacas que de seres humanos y en los países asiáticos la leche no ha sido una alimento tradicional.

La especificidad de la leche

Cuando decimos que las leches de cada especie animal son altamente específicas, nos referimos a que cada mamífero nace en un estado de desarrollo y de maduración diferentes, y los nutrientes de la leche de su madre están diseñados para completar ese desarrollo.

Si valoramos la relación entre el contenido en proteínas de la leche de diferentes mamíferos y su longevidad, observamos que cuanto mayor es el contenido en proteínas de la leche, su velocidad de desarrollo es más rápida y consecuentemente, su longevidad menor.

Tabla leche 2Tabla 2. Relación entre el contenido proteico de la leche y la longevidad de la especie

En la tabla precedente observamos sólo la diferente proporción de proteínas de las distintas leches, pero con el resto de los nutrientes ocurre lo mismo.

  • Si comparamos a un bebé humano con un ternero observamos que al nacer pesa unos tres kilos, frente a los treinta del ternero.
  • Las personas tardamos unos catorce años en alcanzar la maduración sexual y un ternero tan solo un año.
  • La esperanza de vida de los humanos está en 87 años y las de las vacas la hemos comentado al comienzo del artículo.
  • El bebé cuando nace solo tiene el 23 por ciento del cerebro desarrollado y no camina, por el contrario, el ternero recién nacido ya se tiene en pie y sólo debe alcanzar un gran desarrollo esquelético. Del mismo modo, la maduración de su cerebro no llega en ningún caso a los niveles de complejidad del cerebro humano, etc.

Estas diferencias son la expresión de que las leches de las mujeres y de las vacas son cualitativa y cuantitativamente diferentes, es decir: diseñadas por la naturaleza para cada tipo de lactante, animal o humano.

Todos los mamíferos cuando crecen pierden las enzimas que les permiten digerir la leche porque ya no la necesitan. Los seres humanos somos los únicos mamíferos que seguimos consumiendo leche en el estado adulto, en la madurez e incluso la vejez; de forma incomprensible prolongamos nuestra condición de lactantes durante toda la vida con el agravante de consumir leche de otra especie animal.

Continuará en el post: La leche de vaca, ¿alimento para seres humanos? II

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