Las respuestas de Elena nº1: el tiempo de cocción

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Hoy comparto con vosotros la respuesta a Laura, una madre principiante con muchas ganas de aprender, y a la que quiero ayudar a que su hijo crezca sano. Le explico la diferencia entre cocinar para bebés y cocinar para adultos. Espero que os resulte útil mi post.

Hola Elena:

En las recetas que nos has recomendado para nuestro bebé, se indican tiempos de cocción más largos que  los que nos has indicado a nosotros a lo largo del tiempo. ¿Cuál es la razón?

Estimada Laura:

La función del fuego es la predigestión de los alimentos. Por eso, el ser humado como animal inteligente que es, cuando inventó el fuego, no lo utilizó sólo para calentarse y protegerse de las fieras, sino para cocinar.

Los niños nacen en un estado de desarrollo muy precario, donde su aparato digestivo no ha madurado y sólo digieren la leche materna. Por eso, cuando comenzamos a introducir los alimentos sólidos utilizamos tres prácticas culinarias específicas como son: el tueste de los cereales, la cocción prolongada y el aporte de enzimas digestivas.

Los tres aspectos señalados son más importantes cuanto más pequeño es el bebé o cuando tiene poca fuerza digestiva como es el caso de tu nene.

El tueste

Al tostar los cereales, lo que hacemos es dextrinar los almidones y desdoblarlos en maltosas, que son azúcares rápidos fácilmente asimilables. Ya nuestras abuelas tostaban la harina con la que preparaban las papillas cuando no existían alimentos elaborados por la industria alimentaria. Todas las papillas instant del mercado, incluso las biológicas llevan los cereales dextrinados.

Las cocciones largas

Cuando hacemos cocciones prolongadas a fuego lento,  pretendemos que el alimento resultante sea muy fácil de digerir, de modo que el aparato digestivo del bebé todavía inmaduro, no sufra. Recuerda la frase que dice: «Un fuego fuerte quema y uno suave cocina».

Las maltas diastásicas

Una vez hemos cocinado los cereales y los hemos pasado por el pasapurés o por el chino, añadimos malta de arroz no sólo para endulzar la papilla, sino por su efecto diastásico, es decir, por las enzimas que aporta al plato, sobre todo amilasas.

Estas prácticas culinarias nos permiten asegurar que los niños tengan una buena digestión acompañada de una absorción eficiente, aspectos imprescindibles para su correcto desarrollo.

Un abrazo y mi deseo de que tu hijo crezca sano.

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