Hoy continuamos con la descripción de las enfermedades infantiles vacunables valorando su gravedad e incidencia así como el riesgo/beneficio de las vacunas en cada una de ellas.
Continuación del post: La libertad de vacunación I
Rubeola
Es una enfermedad benigna tanto en las niñas como en los niños. Su sintomatología es la de un catarro pero con una manifestación cutánea en forma de puntos o manchas rojizas, así como inflamación de los ganglios linfáticos.
No se conocen complicaciones importantes en esta enfermedad eruptiva, y las que se producen pasan desapercibidas a menudo. Pero conlleva un riesgo real y cierto de malformaciones del embrión en mujeres embarazadas que contraen esta enfermedad durante el embarazo. Sería lógico por tanto tomar medidas tendentes a evitar las malformaciones. La vacunación, sin presentar efectos secundarios de importancia, puede ser eficaz en la mujer en edad de procrear que no tenga un nivel suficiente de anticuerpos, sin embargo no sería justificable su administración durante la infancia y menos aún a niños varones.
La vacuna triple vírica (sarampión, paperas, rubeola)
Es un hecho constatado que los niños no enferman simultáneamente de dos o tres enfermedades, es decir, no tienen el sarampión, la varicela y la tosferina al mismo tiempo. Por eso no es fisiológico ponerles en contacto con los antígenos de tres enfermedades infantiles a la vez.
Sin embargo, la medicina oficial inmuniza frente a las tres con una única vacuna, lo que somete al sistema inmune del niño que aún no ha madurado a un estrés importante.
Efectos adversos: exantemas pasajeros y fiebre en los días posteriores a la vacunación. Artralgias, artritis, dolores parestésicos. Bajo riesgo de encefalitis postvacunal.
Difteria
Es una enfermedad grave que se caracteriza por la aparición de falsas membranas en las mucosas de las vías respiratorias y obstrucción de la laringe, lo que produce dificultades respiratorias; sus otras complicaciones son de orden neurológico o cardíaco. Sin embargo su incidencia es casi nula en nuestro país. La disminución de esta enfermedad no sólo obedece a la aplicación de la vacuna; los cambios higiénicos y nutricionales que se han ido produciendo en la sociedad han jugado un papel destacado.
La vacuna contra esta enfermedad tiene sus complicaciones, entre las que cabe destacar la neuritis. Dado que la difteria es una enfermedad grave podría estar justificada la vacunación en caso de que aparecieran brotes epidémicos.
Tétanos
Es una enfermedad grave en la que los músculos voluntarios quedan espasmodizados, apareciendo convulsiones generalizadas que pueden llegar a la parálisis respiratoria. Se trata de una enfermedad que se origina en heridas sucias y profundas, puesto que el bacilo del tétanos crece en un medio pobre en oxígeno; de ahí la importancia de una buena higiene, limpieza y oxigenación de las heridas.
Tosferina
Es en general una enfermedad benigna aunque, a ciertas edades, puede dar alguna complicación importante pero bastante infrecuente como la bronconeumonía o las convulsiones debidas a las crisis de tos convulsiva que caracterizan a esta enfermedad. La incidencia actual es relativamente baja, y si las condiciones de salud del individuo son adecuadas, cura espontáneamente. Su evolución se ve favorecida en un clima de montaña.
La vacuna DTP (difteria, tétanos, tosferina)
Igual que en el caso de la anterior vacuna, se inmuniza a los niños de tres en tres, sin tener en cuenta lo dicho anteriormente.
Efectos adversos: son frecuentes las reacciones locales así como fiebre e irritabilidad en las horas siguientes a la vacunación. Son más raros el llanto persistente, convulsiones y cuadros sincopales que desaparecen sin secuelas. El más grave sería la encefalopatía con lesión cerebral permanente.
Poliomielitis
Es una enfermedad que deja secuelas graves por lesiones en la médula espinal con atrofia de los grupos musculares correspondientes. La produce un virus que se muestra más activo en climas fríos. En España causó numerosos casos de parálisis entre la población durante la década de los 50, cuando esta enfermedad fue epidémica; en los últimos años se han declarado muy pocos casos. La primera fase de la enfermedad es de tipo catarral, a veces inaparente, pero es en la segunda fase donde pueden aparecer los síntomas de parálisis.
La vacuna de la polio oral
No deja de ser paradójico que hasta hace poco tiempo se administraba la vacuna en un terrón de azúcar, cuando la sacarosa tienen un reconocido efecto inmunosupresor.
Efectos adversos: riesgo de enfermedad paralítica sobre todo en la primera dosis y en adultos.
Haemophilus influenzae tipo b (Hib)
Las infecciones de este bacilo, conocidas como Hib, ocurren predominantemente en primavera y otoño. La mayor incidencia se da en niños menores de cinco años. Sobre todo es causa de otitis media, sinusitis y conjuntivitis purulenta; menos frecuente bronquitis o infecciones del tracto urinario.
Las infecciones graves o invasivas en menores de dos años suelen dar lugar a meningitis, mientras que en mayores de dos años es más frecuente la epiglotitis. Otras afecciones pueden ser las neumonías o la artritis.
La vacuna Hib
Efectos adversos: el más frecuente es el enrojecimiento y/o hinchazón local en el punto de inyección. En las 48 horas posteriores a la vacunación pueden aparecer vómitos, diarrea y llanto.
Hepatitis B
Es una enfermedad infecciosa causada por el virus de la hepatitis B. La transmisión se produce por vía parenteral, a través de las relaciones sexuales, y en el caso de los niños, además, por el contacto madre-hijo.
Las estadísticas apuntan que el 85 por ciento de casos evoluciona de forma benigna, un 8 por ciento derivará a una hepatitis crónica persistente, y alrededor del 3 por ciento hacia una hepatitis crónica activa; sólo el 0,5 por ciento se complicará dando lugar a una hepatitis fulminante.
La vacuna de la hepatitis B
Efectos adversos: mínimos, sobre todo locales. Rara vez provoca cefalea, mialgias, artralgias, fiebre o erupción cutánea. Muy rara la reacción alérgica.
Continuará en el post: La libertad de vacunación III