Acerca de la paz y la guerra

La expresión «somos lo que comemos» tiene muchos significados. Hoy hablamos sobre la influencia de la alimentación en el comportamiento.

En diferentes lenguas lejanas podemos ver los significados de algunas palabras cono son la guerra y la paz.

En China el término para paz, Wa, combina los ideogramas “grano” y “boca”.

En la India, el término védico para la guerra significa “guerra de vacas”.

Los antiguos orientales sabían intuitivamente que una alimentación compuesta por cereales integrales favorecía una sociedad pacífica y saludable, mientras un consumo excesivo de alimentos animales producía desórdenes personales y sociales.

En occidente, la epopeya “El Paraíso Perdido” John Milton atribuía un pasado feliz y en paz a una forma de vida sustentada por los cereales y las verduras.

En “La República” de Platón, Sócrates afirmaba que una dieta de calidad vegetal era la esencia de la paz.

No deja de ser sorprendente que los estudios antropológicos, sociológicos e históricos modernos estén confirmando la sabiduría del pasado.

En un simposio sobre antropología y violencia social la antropóloga Margaret Mead propuso unos cambios radicales en la dieta para prevenir las guerras actuales. Se trataría de no usar animales como fuente de alimento, de modo que, respetando la vida animal, por extrapolación se respetase la vida humana.

El profesor Quincy Wright, después de estudiar 600 culturas primitivas concluyó que la lucha armada es más prevalente en las sociedades donde los alimentos animales son dominantes en la dieta que en las más vegetarianas.

Clasificó las sociedades modernas según la cantidad de guerras en las que han participado en los últimos cinco siglos, comprobando cómo los países accidentales, con Inglaterra a la cabeza, cuya alimentación es predominantemente carnívora participaron en más guerras que los países orientales como China y Japón de tradición más vegetariana.

La lista de estudios es interminable, en el Líbano, Alemania, Rusia, etcétera.

Si estudiamos zoología podemos observar que los animales carnívoros tienen una conducta agresiva, frente a los herbívoros en los que predomina un comportamiento defensivo.

Como los seres humanos somos omnívoros, es decir, podemos consumir alimentos tanto de calidad animal como vegetal, debemos valorar si los alimentos animales deben ser la base o el complemento de la dieta.

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