Hoy comparto unas claves sencillas, fáciles de llevar a la práctica, de gran ayuda para mejorar la condición alérgica en cualquier de sus manifestaciones.
Continuación del post: “Las causas las alergias II”
Ofrecemos unas pautas generales para iniciarse en una forma de comer que permite fortalecer el sistema inmunitario y mejorar la salud.
- Debemos tomar alimentos naturales, es decir, aquellos que se producen en la naturaleza, tanto en el reino animal como en el vegetal, pero sabiendo que los alimentos animales no deben ser nunca más del 15% del total ingerido en volumen.
- Excluiremos de nuestra dieta los “comestibles”: todo aquello que es elaborado, manipulado y fabricado para que pueda ser comido, embutidos, chocolate, caldos de verduras, croquetas congeladas…
- Evitaremos de forma particular, la leche y los derivados lácteos en todos los casos, aunque tengamos buena tolerancia digestiva y los alérgenos que nos afectan sean ambientales o químicos.
- Excluiremos la carne de cerdo y cualquier alimento procesado que lleve cerdo, embutidos, jamón, etc.
- Debemos tomar alimentos integrales, particularmente los cereales. Cuando se refinan los cereales se pierden la mayor parte de los nutrientes esenciales como son las vitaminas, los minerales y en el caso que nos ocupa, los ácidos grasos poliinsaturados presentes en el germen.
- Los alimentos que consumiremos deben ser biológicos, porque además de tener una mayor concentración de nutrientes están desprovistos de los peligrosos residuos de la química agroalimentaria (abonos, pesticidas…).
- Daremos preferencia a los alimentos equilibradores desde el punto de vista energético de la Medicina Oriental (yin-yang), que tiene una visión antagónica-complementaria con la Medicina Occidental (nutrientes).
- La dieta debe incluir alimentos suavemente contractivos y ser ligeramente más salada y más seca que la que veníamos haciendo hasta ahora. Es muy importante incluir formas de cocción largas con fuego lento y una proporción generosa de arroz integral.
- Los cereales integrales representarán al menos el 50% del volumen total ingerido, las verduras y o las frutas el 25% y el resto correspondería a las legumbres y/o el pescado.
Para saber más acerca de los aspectos energéticos de los alimentos, ver el post: “Alimentos, algo más que nutrientes”