Para utilizar los alimentos como agentes de curación contemplamos la estructura y la función de los mismos: hablamos de la composición química, que viene determinada por su origen (estructura), y de su comportamiento, que viene precisado por sus características bioenergéticas (función).
En el ámbito general hablamos de química y física, anatomía y fisiología, software y hardware, etc. Del mismo modo, en el caso de los alimentos nos referimos a estructura y función, ya que los alimentos están compuestos por materia (estructura) que viene dada por su composición química, y energía (función), que es la que determina su comportamiento en nuestro medio interno. Es lo que los orientales llaman el yin y el yang, perfectamente traducible a nuestro lenguaje occidental.
Tabla 1. Características de los alimentos
Para comprender el poder curativo de los alimentos debemos valorar no sólo los aspectos nutricionales, es decir, que sean naturales, integrales y biológicos. Es imprescindible además, contemplar sus aspectos funcionales como son si calientan o enfrían, si contraen o dilatan y si son balanceados en la relación sodio/potasio.
A continuación hacemos una breve descripción de los alimentos atendiendo a su origen, es decir, a su composición química. Esta clasificación nos permite saber si alcalinizan o acidifican, oxidan o reducen, desmineralizan o remineralizan, etc., aspectos todos ellos relacionados con la química y la materia.
Muchas veces prestamos más atención a los nutrientes que al alimento en sí y esa visión desvirtúa completamente su utilidad como herramienta en el mantenimiento y/o la recuperación de la salud. Por eso es imprescindible profundizar en el abordaje que hacemos a continuación.
Los alimentos según su origen:
Alimento natural
Es aquel que ofrece la naturaleza en cada lugar y estación. Cuando hablamos de biocompatibilidad del alimento natural con nosotros mismos nos referimos a su utilización por nuestro organismo de forma óptima.
Aunque el ser humano en la actualidad ha sido capaz de emular la naturaleza fabricando compuestos artificiales que químicamente son idénticos a los que produce la naturaleza, debemos saber que bioenergéticamente no son lo mismo. De hecho los niveles de absorción de las sustancias de síntesis son mucho menores que los de las sustancias orgánicas, es decir naturales.
Hoy en día la oferta de alimentos es tan alta que muchas veces consumimos únicamente comestibles. Llamamos de ese modo a todos los productos procesados por la industria alimentaria que son susceptibles de ser comidos: sopas de sobre, refrescos, bollería, platos precocinados, etc.
En la recuperación de tu salud, es imprescindible que destierres todos los comestibles y que los sustituyas por los verdaderos alimentos, que son aquellos que se producen en la naturaleza, tanto de origen vegetal (cereales, legumbres, verduras, etc.) como animal (pescado, huevos, ave, etc.).
Del mismo modo, debes descartar cualquier alimento que lleve conservantes, espesantes, antioxidantes, etc., porque son sustancias artificiales añadidas. Igualmente debes eliminar los refrescos, que son un cóctel químico y no contienen ningún ingrediente natural.
Los alimentos naturales son imprescindibles en el desarrollo de la vida, y la salud es su máxima expresión.
Alimento Integral
Tradicionalmente los alimentos se han consumido integrales, es decir enteros o completos: solamente se desperdiciaban aquellas partes demasiado fibrosas, indigestas o duras en el caso de los vegetales. Por eso se pelan las naranjas o se cascan las nueces, por ejemplo. En el caso de los alimentos animales también se utilizaban todas las partes, vísceras, sangre, huesos, etc.
En los últimos 200 años, como consecuencia de la mecanización de la agricultura y la incorporación de los abonos químicos, ha comenzado a haber excedentes en la producción agrícola por primera vez en la historia de la humanidad. Este hecho ha permitido que se comiencen a refinar los alimentos, con el consiguiente desperdicio de elementos vitales.
Al refinar el trigo y el arroz observamos que:
- Disminuye la cantidad de minerales, oligoelementos y vitaminas
- Se elimina la fibra, esencial para un buen funcionamiento intestinal
- Desaparecen los ácidos grasos esenciales presentes en el germen
- Se destruye la energía vital o capacidad de germinación de los granos
Tabla 2. Riqueza nutricional de los alimentos integrales
El refinado de los cereales nos deja un alimento muerto y desequilibrado nutricionalmente, que nos nutre, pero no nos vitaliza. Hoy es de todos sabido que la alimentación refinada es carencial y por eso se recurre a enriquecer o suplementar con vitaminas, calcio, magnesio, etc., a todo tipo de alimentos.
Los alimentos integrales, gracias a su riqueza en minerales, neutralizan la acidosis del medio interno, es decir, son alcalinizantes.
Alimento Biológico o Ecológico
Desde cuando nuestros antepasados descubrieron la agricultura hasta prácticamente comienzos del siglo XX, el abono ha sido siempre el estiércol, es decir, un producto orgánico, natural. Pero a finales del siglo XIX, paralelamente a la mecanización de la agricultura, se desarrollan los abonos químicos.
Este invento supone un aumento considerable en el rendimiento de las cosechas y consecuentemente la producción de alimentos se multiplica. Por eso desde hace más de 60 años se usan de una forma masiva los abonos químicos conocidos vulgarmente como el nitrato, o el mineral. Esto significa que se añaden sustancias químicas a los suelos, concretamente nitrógeno, fósforo y azufre, con la finalidad de obtener mayores cosechas.
Al añadir nitratos al suelo, se observa que:
- Disminuye sensiblemente el contenido en magnesio de los alimentos
- Aumenta desproporcionadamente el contenido en potasio, lo que lleva a una fuerte retención de agua
Tabla 3. Equilibrio mineral de los alimentos biológicos
Así pues, concluiremos diciendo que un alimento cultivado con abonos químicos contiene menos elementos nutritivos y más agua. Se obtienen, por ejemplo, tomates más grandes pero más insípidos.
En todos los casos debemos elegir alimentos cultivados con abonos orgánicos, naturales, como el estiércol o el compost. Los alimentos producidos sin adición de abonos químicos se llaman biológicos o ecológicos y deben ir acompañados de sus correspondientes avales de garantía que certifican su procedencia.
Tabla 4. Riqueza en vitaminas de los alimentos biológicos
Lo ideal es que los alimentos, además de ser de cultivo ecológico, sean integrales en todos los casos. Nos referimos al pan, los zumos y muchos productos que se nos ofrecen con el aval bio, pero que son alimentos refinados.
Los alimentos biológicos gracias a su elevado contenido en vitaminas actúan como poderosos antioxidantes, es decir: son revitalizantes.
Continua en el post: Los alimentos: estructura y función II