La leche de vaca, ¿alimento para seres humanos? VI

Leche VI

Hoy continuamos ampliando información útil acerca de los efectos nocivos de la leche y los derivados lácteos, centrándonos en las alteraciones osteoarticulares y la descalcificación.

Continuación del post: La leche de vaca, ¿alimento para seres humanos? V

Alteraciones osteoarticulares

Como la descalcificación es muy frecuente, existe la creencia de que tomamos poco calcio y, como consecuencia, la industria alimentaria tiende a enriquecer los alimentos sin ningún criterio razonable. Antes que nada debemos profundizar en si el problema reside realmente en un aporte escaso de calcio en la dieta, o en la pérdida de este preciado mineral como consecuencia de unos malos hábitos alimenticios.

Las deficiencias de calcio pueden ser debidas a carencias en la dieta, por lo que además de saber cuáles son los requerimientos diarios, debemos conocer el contenido en calcio de los alimentos.

En cualquier tabla de composición de alimentos observamos muchos que contienen más calcio que la leche de vaca. Pero la cuestión no está solo en el contenido en calcio, sino en la proporción entre el calcio y el fósforo. Este aspecto es fundamental para una correcta absorción.

Muchos nutricionistas afirman que para que el calcio contenido en un alimento sea asimilado correctamente la relación en la que se encuentra con el fósforo debe de ser al menos el doble. Es decir, Ca/P ≥ 2/1.

Si el fósforo es demasiado abundante en un alimento, interfiere en la absorción de calcio ya que da lugar a la formación de fosfatos de calcio insolubles que se eliminan por vía intestinal en forma de fecalitos.

Esta afirmación se sustenta en que el fósforo, que es un anión acidificante, cuando es muy abundante se liga con el calcio, que es un catión alcalinizante, produciendo fosfatos de calcio insolubles según la reacción: “Ácido más base, sal más agua”.

Esta situación es precisamente la que acontece cuando consumimos leche y derivados lácteos. Al ser tan ricos en fósforo la mayor parte del calcio que contienen no se absorbe, ya que se utiliza para hacer la reacción de tampón a la que aludimos en el párrafo anterior.

El balance acidificante en la dieta como consecuencia de un sobreconsumo de proteínas es responsable, entre otros desórdenes, de los altos niveles de descalcificación que observamos en la actualidad.

En cualquier caso, para tener unos buenos niveles de calcio en los huesos no se trata de consumir alimentos ricos en calcio solamente, sino en hacer una dieta con un balance metabólico alcalinizante para, de ese modo, permitir una correcta utilización del calcio.

Entre las causas más comunes de la deficiencia de calcio están:

    • la mala absorción intestinal
    • una eliminación renal excesiva
    • la utilización del calcio para neutralizar los ácidos del metabolismo

La causa de la descalcificación, en ningún caso es consecuencia de no tomar leche de vaca.

Podemos observar las diferentes relaciones calcio/fósforo en la tabla siguiente para entender la biodisponibilidad, es decir, la eficiencia en la absorción. No está de más reflexionar acerca de que no somos lo que comemos, sino lo que asimilamos.

Tabla leche VI

Tabla 4. Relación calcio/fósforo en algunos alimentos

En la tabla precedente observamos que los productos lácteos no son una buena fuente de calcio por su excesivo contenido en fósforo, de modo que su consumo favorece la formación de esos fecalitos que vemos con frecuencia en las RX abdominales.

Descalcifican el azúcar, alcohol, café y cacao, los alimentos refinados y desnaturalizados, los alimentos desequilibrados en la relación Na/K, cítricos, tomate, etc., así como el exceso de proteínas en la dieta sobre todo las de origen animal, sin olvidar al tabaco. Por supuesto son descalcificadores la leche y los derivados lácteos y además los aditivos alimentarios  como los fosfatos y las bebidas con gas, refrescos, etc.

Muchos occidentales consumen leche y derivados por pensar que la leche es una buena fuente de calcio cuando este mineral está presente de forma abundante en las algas marinas sobre todo, así como en las verduras de hoja verde, legumbres, semillas y frutos secos y oleaginosos.

Independientemente de que para tener unos buenos niveles de calcio, es esencial contemplar la dieta en su conjunto, podemos elegir como fuentes de este mineral al brócoli, los garbanzos, las almendras o las algas marinas. Todos ellos más saludables para nuestro organismo  que la leche y los derivados lácteos.

Qué hacer para evitar la deficiencia de calcio:

  • Mantener unos buenos hábitos alimenticios desde la infancia para conseguir un buen “pico de masa ósea”
  • Hacer ejercicio físico para mantener un buen equilibrio entre la formación y la reabsorción del hueso
  • Tomar el sol con sentido común
  • Mantener en buen estado las vías de eliminación

Conclusiones

Después de analizar cada uno de los efectos nocivos de la leche y derivados observamos que su consumo no es tan saludable como nos hacen ver los medios de comunicación con vistosos anuncios o campañas financiadas por la industria láctea.

El consumo de leche y derivados es uno de los grandes insultos a nuestra integridad biológica. Por eso, una de las aportaciones más importantes de la nutrición energética a la salud de la población es la supresión de la leche de vaca de la dieta.

Continuará en el post: La leche de vaca, ¿alimento para seres humanos? VII

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