Siropes: de arce, de ágave, de remolacha…

Hoy hacemos una breve reseña de tres edulcorantes populares que muchas personas consumen como alternativa al azúcar, cuando en realidad no representan una alternativa saludable, sino más bien una moda.

El sirope de arce es la savia que desprenden los arces de los bosques boreales norteamericanos que posteriormente se hierve hasta obtener la consistencia de una miel. Unos 10 litros de savia producen un vaso de miel aproximadamente. Lo podríamos comparar con un zumo hervido.

Tiene la mitad de calorías que el azúcar blanco ya que su contenido en sacarosa es del 66 %. Este hecho sumado a la publicidad ha hecho que sea un producto muy popular.

El sirope de agave es, sin embargo, un potente endulzante con sus luces y sus sombras, se extrae a partir de las hojas de una planta que es parecida a la del Aloe. Se trata en este caso también del zumo de una parte de la planta. Algunos lo llaman el sustituto vegano de la miel.

Endulza dos veces más que el azúcar y contiene un 70 % de fructosa y un 25 % de glucosa. Su elevado contenido en fructosa no es ninguna ventaja respecto a la sacarosa, ya que se trata igualmente de un azúcar rápido y está implicado de forma importante en la elevación de los triglicéridos en la sangre.

Por otra parte, muchos de los siropes que hay en el mercado se obtienen mediante procesos químicos que no son precisamente saludables.

El sirope de remolacha es la melaza que resulta de reducir el zumo natural concentrado de la remolacha azucarera recién cosechada, después de haber eliminado la fibra. En muchos casos es un producto residual de la industria azucarera.

Sin entrar en otro tipo de consideraciones, cualquier zumo dista enormemente de ser un alimento integral. Esta reflexión puede resultar chocante para algunos, pero pensemos que al descartar la pulpa del alimento de partida desaparecen la fibra y muchos nutrientes que son imprescindibles para el metabolismo de los azúcares que contiene el alimento de partida.

Por eso, si lo que buscamos es una alternativa saludable al azúcar, debemos descubrir las maltas de cereales.

Las maltas de cereales tienen el aspecto y la consistencia de la miel, pero proceden de los granos integrales, y se obtienen mediante un proceso de fermentación natural que convierte los almidones de los cereales en maltosas.

Además de ser alimentos probióticos, son ricos en nutrientes como fibra, vitaminas y minerales. El proceso de fermentación se hace con los granos integrales por lo que no hay pérdida de nutrientes.

Estamos ante un endulzante que además de ser un alimento integral y ecológico, tiene efecto probiótico y carácter reductor (antioxidante). ¿Qué más se puede pedir?

 

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