Para muchos las cantidades de los ingredientes son el principal problema a la hora de ponerse a cocinar, ya que hay muchas formas de medida: pesos, volúmenes, etc. Esto hace que cuando publicamos alguna receta, algunas personas nos pregunten acerca de los gramos de los alimentos, sobre la intensidad del fuego o los centímetros de algas a añadir…
La cocina nace como el arte de transformar los alimentos con la finalidad de hacerlos más digestibles y apetecibles. Para ello se utilizan el agua, el fuego y la sal como elementos principales de transformación, seguidos del uso de los condimentos, combinados con los diferentes tipos de corte…
Si hacemos una comparación entre cocinar y pintar como formas de expresión artística, la cocina sería el caballete, y el plato, el lienzo sobre el que pintar. Los pinceles son los utensilios como los cuchillos, tijeras y ralladores, y las pinturas serían los alimentos que podremos mezclar y combinar para conseguir texturas y formas tan bellas como queramos.
Lo mismo que un pintor no mediría los gramos de color que utiliza en su lienzo, ni la presión que imprime a cada pincelada, cuando cocinamos debemos dejar fluir nuestra creatividad y contemplar las medidas de un modo cualitativo, orientativo.
Cuando te ofrecemos una receta tenemos la pretensión de que sea una guía de ideas para una comida natural, que te invite a la creatividad y la experimentación.
Evitamos las medidas de peso por lo incómodas y poco prácticas que resultan en la cocina y porque es nuestro deseo potenciar siempre la imaginación de quien cocina con combinaciones, variantes y acompañamientos…
Las medidas
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- Si usamos las cucharas, hablamos de cucharada sopera, cucharadita de postre o cucharadita de moka (café), de mayor a menor capacidad.
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- Si hablamos de recipientes, nos referimos a un bol como una taza grande (tazón), y a una taza a las del tamaño de las de café con leche.
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- Si nos referimos a las hortalizas, el tamaño de las cebollas, zanahorias… es variable, por eso contemplaremos un tamaño medio. Con las algas haríamos lo mismo.
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- Si utilizamos los condimentos, una pizca es una pulgarada (lo que cabe entre los dedos pulgar e índice).
- Si indicamos cocinar fuego medio, no hablamos de los grados centígrados, sino de graduar la intensidad del fuego en cada horno o cocina aproximadamente a la mitad.
La técnica y la sensibilidad
Volviendo a la comparación con la pintura, la técnica es necesaria, sin duda, pero lo que determina el resultado final de la obra, es la sensibilidad: algo que no se mide, sino que se siente.
Por eso la cocina no debe ser algo rígido, mecánico, exacto, sino la expresión de nuestra habilidad para transformar los alimentos.