La hipertensión I

La hipertensión es uno de los principales factores que contribuyen a causar cardiopatías y accidentes cerebrovasculares, que en conjunto representan la causa más importante de muerte prematura y discapacidad. Es un problema que afecta al 40% de los adultos. Hoy hablamos de cuales son los riesgos y los factores desencadenantes de la misma.

Definimos la tensión arterial como la presión que el corazón ejerce sobre las arterias con el fin de que éstas conduzcan la sangre hacia los diferentes órganos del cuerpo. La presión máxima se produce en cada contracción del corazón y la mínima en cada relajación. La hipertensión arterial (HTA) representa la elevación de los niveles de presión arterial de forma continua o sostenida.

Riesgos de la hipertensión

La presión arterial elevada provoca daños sobre el corazón porque supone una mayor resistencia a la salida de la sangre desde el corazón hacia los diferentes órganos y para vencer esta resistencia, el músculo cardíaco debe aumentar su grosor, es decir, se hipertrofia. En esta situación podemos llegar a tener una insuficiencia cardiaca con manifestaciones como arritmias, angor y edemas en las piernas.

A nivel cerebral pueden producirse infartos cerebrales como consecuencia del endurecimiento de las arterias o hemorragias cerebrales por rotura de los vasos.

A nivel renal el daño que sufren las arterias renales puede llevarnos a la insuficiencia renal que desemboque en diálisis. Igualmente puede dar lugar a una impotencia sexual en los varones, producir daños en la retina, etc.

Valores de la presión arterial

Se considera que la presión arterial normal es 120-129 mm Hg para la máxima y 80-89 mm Hg para la mínima. Valores por encima de los citados se consideran altos. Es importante saber que la presión elevada no produce síntomas por lo que puede pasar inadvertida. Para tener un diagnóstico fiable, la presión deber tomarse más de una vez y a poder ser en la misma situación, porque varía y se adapta a los diferentes momentos del día.

Factores desencadenantes

Se citan el sobrepeso, la obesidad, el sedentarismo, el consumo de tabaco y de alcohol. También se añaden el estrés y la ansiedad. Es curioso que ya en los ámbitos médicos no se demoniza tanto a la sal, pero vale la pena saber cuál es el efecto de la sal en la hipertensión. En el próximo post lo desarrollamos.

Continúa en el post: “La hipertensión II”

 

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