Dietética clásica y Macrobiótica III: Las proteínas

Descubre las repercusiones que se derivan de una dieta excesiva en proteínas. En términos de salud, es tan grave la deficiencia como el exceso.

Continuación del post: “Dietética clásica y Macrobiótica II”

Las proteínas

Desde que se comenzó a estudiar la composición corporal el siglo pasado y se vio que los músculos, las hormonas, el cabello… estaban formados por proteínas, se empezó a dar una gran importancia a la carne, los huevos, el pescado y los productos lácteos que son todos alimentos constructores y en la actualidad, existe una auténtica proteinomanía.

El consumo de proteínas recomendado desde la etapa pediátrica es muchas veces bastante superior a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud como vemos en la tabla siguiente.

Metas nutricionales de nutrientesMacrobioticaIIItabla1

También existe una idea generalizada de que si hacemos un trabajo físico debemos aumentar el consumo de proteínas, hecho que no es cierto, como refleja la tabla siguiente.

Necesidades nutricionales según el tipo de actividad (en gramos)MacrobioticaIIItabla2

Debemos saber que todas las proteínas requeridas por nuestro cuerpo no provienen necesariamente de proteínas. En nuestro organismo hay un constante intercambio entre proteínas carbohidratos y grasas, como se ve en el ciclo de Krebs cuando se estudia bioquímica. Los alimentos no se utilizan solamente para construir órganos tejidos, hormonas…  sino para la obtención de energía.

Debemos saber que la proporción de carbohidratos frente a la de proteínas debe ser de 1/7, es decir debemos tomar una proporción 7 veces mayor de hidratos de carbono que de proteínas. Poniendo un ejemplo sencillo, deberíamos comer “arroz con pollo” en vez de “pollo con arroz”.

Lo mismo que los automóviles necesitan más gasolina que piezas de recambio y aceite, las personas necesitamos más carbohidratos que proteínas y grasas.
Las proteínas pueden provenir de alimentos animales o vegetales, pero debemos saber que las proteínas vegetales son más flexibles que las de origen animal a la hora de ser utilizadas como elementos constructores o de aporte de energía.

La controversia proteica

La dietética clásica afirma que las proteínas vegetales son de inferior calidad a las animales. Estudios rigurosamente científicos muestran que los 8 aminoácidos esenciales están presentes en los alimentos vegetales en cantidad más que suficiente para cubrir las necesidades vitales. Sólo es preciso consumir los cereales en combinación con las legumbres en el mismo menú, para aumentar el aprovechamiento proteico neto. Hecho que por otra parte se ha practicado en todas las partes del mundo hasta la llegada de la revolución industrial. Este hecho, al permitir la mecanización de la agricultura, favoreció la obtención de excedentes en la producción agrícola con los que alimentar al ganado. Es entonces cuando se empieza a producir carne para consumo humano. Ha habido más de mil quinientas generaciones de antepasados que no han comido carne a la plancha cada día para estar en salud.

Conclusión

Como es tan contraproducente la deficiencia como el exceso, debemos reflexionar acerca de la calidad de las proteínas que tomamos y también sobre la cantidad. Daremos preferencia a las proteínas que provienen de las legumbres, pudiendo incluir algo de alimento animal si lo necesitamos.  Además reduciremos la cantidad total ingerida hasta la fecha. De ese modo podemos prevenir la acidosis metabólica, la desmineralización, la arteriosclerosis… y la formación de tumores que no debemos olvidar que están formados por proteínas y grasas.

Continúa en el post: “Dietética clásica y Macrobiótica IV”

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