Es un grano conocido desde la antigüedad que crece de forma salvaje sin necesidad de ser cultivado, por eso pudo ser el sustento de los seres humanos incluso antes de la aparición de la agricultura.
El mijo se ha cultivado hasta hace bien poco en toda Europa, particularmente en Francia y Alemania. Sin embargo, en la actualidad el 90 % del consumo mundial de este cereal se hace en los países en vías de desarrollo.
Valor nutricional
Es un cereal que contiene un 11 % de proteínas de alto valor biológico. Sus proteínas son de alta calidad, tanto que, en el pasado, los viernes de cuaresma cuando se practicaba la abstinencia de la carne, se tomaba mijo como sustituto.
Su contenido en grasas es muy bajo, solo encontramos en su composición un 3% y son insaturadas, es decir saludables.
Su alto contenido en lecitina y colina nos ayuda a tener una buena circulación y a mantener los niveles de colesterol equilibrados, así como a fortalecer la memoria.
La fibra que contiene regula el tránsito intestinal tanto en los casos de estreñimiento como de diarrea. Tiene un efecto saciante y ralentiza la absorción de la glucosa por lo que es un alimento de elección en los diabéticos.
Es altamente remineralizante, sobre todo por su contenido en hierro y magnesio, por eso está indicado en las anemias y cuando las menstruaciones son muy abundantes.
Las vitaminas del grupo B que contiene lo hacen especialmente indicado en situaciones de estrés y de ansiedad.
Es un auténtico cosmético interior gracias al ácido silícico que contiene, esta sustancia nutre la piel, el cabello y las uñas y de una forma particular el esmalte dental.
Está desprovisto de gluten, esta característica lo hace especialmente indicado para las personas celiacas. Al no tener gluten, no es panificable, pero se presta muy bien a hacer budines y croquetas porque los granos una vez cocidos «se ligan» entre ellos sin necesidad de añadir harina, ni huevo.
Aspectos terapéuticos
En la Medicina Tradicional China es contemplado como un cereal yang, por lo que está indicado en todos los desórdenes yin y armoniza el funcionamiento de estómago, el bazo y el páncreas. Por ello es ideal si tenemos malestar digestivo, para reforzar el sistema inmune, durante el embarazo y la lactancia, así como cuando se tienen alteraciones hormonales como es el caso de la diabetes.
Lo podemos usar para reforzar la memoria y para conseguir la serenidad mental. Una persona sabia a la que conocí en mi época de estudiante decía: «Cuando tengáis dudas, comed mijo, porque el mijo os dará la iluminación», esta expresión en un lenguaje más terrenal explica que el mijo favorece la claridad mental, disipa la duda…
Curiosidades
Antes del descubrimiento de América, el mijo junto con las castañas era el alimento básico en los caseríos del País Vasco, y fue más tarde cuando el maíz literalmente barrió al mijo de nuestras tierras. Es un cereal tradicional a diferencia del maíz que llegó a Europa de la mano de Cristóbal Colón.
Desde antiguo se ha cultivado para fabricar unas excelentes escobas y aún hoy podemos encontrar algún cultivo en Navarra dedicado a este uso.