Alteraciones hormonales femeninas II

Cuando se dice que el ciclo menstrual es un ciclo lunar, en pocos casos se ahonda hasta comprender la profunda relación que existe entre todos los fenómenos de la naturaleza que rigen la vida. Las fases de la luna, las mareas, la menstruación… Descubre lo que las une.

Continuación del post: Alteraciones hormonales femeninas I

El equilibrio hormonal en la mujer

En las mujeres es donde más claramente se ve la influencia de las fuerzas del cielo y de la tierra y estas fuerzas son determinantes en el equilibrio hormonal.

La producción de hormonas sigue un ritmo lunar y da lugar al ciclo menstrual con la posibilidad de fecundación y consiguiente reproducción de la especie.

En el ciclo lunar observamos la fase decreciente que da lugar a la luna nueva y la fase creciente que da lugar a la luna llena, y en el ciclo menstrual observamos la fase proliferativa que da lugar a la ovulación y la fase secretora que da lugar a la menstruación.

Así cuando en una mujer hay un buen equilibrio entre las fuerzas del cielo y de la tierra ovula en luna nueva y menstrúa en luna llena.

Figura 1. Relación ciclo menstrual ciclo lunar

En todos los fenómenos de la naturaleza, «la energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma». Esta frase en occidente es la que explica el principio de conservación de la energía, pero no se utiliza en ningún momento para conocer y comprender los procesos de la naturaleza.

Sin embargo la visión oriental de la vida y de las cosas está profundamente asentada en ese principio como veremos a continuación. Nos va a interesar esta visión oriental sobre todo en la aplicación a la comprensión del origen de las enfermedades y a su curación.

El yin y el yang: definición

Cuando se habla del yin y el yang en occidente se tiende a definirlos como conceptos estáticos: frío/calor, hombre/mujer, día/noche, etc. Pero en realidad esos términos son tan sólo las manifestaciones del perpetuo cambio de la energía.

Yin es la manifestación de la energía de la tierra, en consecuencia ascendente, expansiva y centrífuga, es la que anima y da vida al reino vegetal.

De modo que los vegetales son energéticamente yin y tienen como atributos lo blando,  húmedo, frío y dulce.

Yang es la manifestación de la energía del cielo, es decir descendente, contractiva y centrípeta, es la que anima y da vida al reino animal.

Así los animales son energéticamente yang y sus atributos son lo duro, seco, caliente y salado.

hormonales1

Tabla 1. Clasificación  Yin y Yang

La universalidad del yin y el yang la podemos ver en algunos fenómenos cotidianos como expresión de la manifestación de dos fuerzas antagónicas y complementarias. Lo que para unos es la estructura y la función, para otros es la materia y la energía. A partir de estos ejemplos comprendemos que  la visión energética no es un orientalismo, se trata de una comprensión global.

  • El mundo de la electricidad, así como el del magnetismo, están compuestos por las dos polaridades, la carga positiva (yang) y la carga negativa (yin).
  • El equilibrio en la sangre bascula entre la alcalinidad y la acidez, entre la proporción de glóbulos rojos (yang) y de glóbulos blancos (yin).
  • El equilibrio del sistema nervioso autónomo depende de la relación complementaria entre el parasimpático (yang) y el simpático (yin).
  • El corazón, cuando funciona bien, muestra el equilibrio entre la sístole (yang) y la diástole (yin).
  • El ciclo menstrual es la expresión del equilibrio entre la ovulación (yang) y la menstruación (yin).
  • El metabolismo es el resultado de dos fenómenos antagónicos complementarios: el anabolismo (yang) y el catabolismo (yin).

Los alimentos: materia y energía

Sólo si contemplamos a los alimentos desde la materia (composición química) y la energía (comportamiento funcional), podremos relacionar las alteraciones hormonales en relación con la forma moderna de comer.

Los alimentos de naturaleza yin tienen efecto expansivo, son blandos, impulsores y enfriadores. Dan lugar a las fases agudas de la enfermedad (irritación e inflamación) y, cuando se comen en exceso, favorecen las infecciones, alergias, enfermedades autoinmunes e inmunodeficiencia. Nos referimos al azúcar, miel, edulcorantes, dulces, helados, leche y derivados, zumos, batidos, frutas tropicales, especias, alcohol, té, chocolate y café, entre otros.

Los alimentos de naturaleza yang tienen efecto contractivo, son duros, estancadores y calentadores. Facilitan los depósitos de toxinas en forma de nódulos, pólipos, miomas, etc., y su exceso da lugar a muchos tipos de cáncer y las enfermedades cardiovasculares. Hablamos de los huevos, quesos curados, embutidos, salazones, caza, carnes rojas, mariscos…

Continuará en el post: Alteraciones hormonales femeninas III

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